Una acusación contundente

Una acusación contundente

Análisis. Por Christoph Driessen - Agencia DPA.

27 Julio 2006
NUEVA YORK.- En pocas ocasiones el dócil Kofi Annan se ha mostrado tan duro como ahora, tras el bombardeo israelí de un puesto de la ONU en el sur de Líbano. El jefe de la diplomacia del mundo -como él mismo se llama- acusó a Israel de haber dirigido un ataque manifiestamente a propósito y coordinado contra los observadores militares. El embajador israelí ante la ONU, Dan Gillerman, condenó estas manifestaciones por "precipitadas y falsas". Lo cierto es que en al menos diez ocasiones los observadores que murieron habían implorado al contacto israelí que detuviesen el bombardeo.
En los 60 años de historia de la ONU, casi ningún otro tema ha ocupado tanto al organismo multilateral como el conflicto de Cercano Oriente. El Consejo de Seguridad emitió 260 resoluciones al respecto, pero Israel respondió con indiferencia en la mayoría de los casos, y contó además con la ayuda del veto de EEUU. Los países árabes, y muchas naciones en vías de desarrollo, acusan a Washington de emplear dos varas de medir: Irak, por desacatar una resolución, es invadido, mientras que Israel puede oponerse abiertamente a la comunidad internacional.

De Einstein a la actualidad
Ha pasado mucho tiempo desde que el judío Albert Einstein pidió ampliar la ONU para convertirla en un verdadero gobierno mundial. Ahora, los políticos israelíes ven a menudo a la organización como un adversario. La ONU se ha movido para quitar peso a la acusación de hostilidad hacia Israel: instituyó el Día Internacional del Holocausto; Annan condenó con contundencia el llamamiento del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, a destruir Israel, así como cualquier negación del Holocausto. En opinión de muchos funcionarios de la ONU, Israel y Estados Unidos desprecian a la organización. Cuando varios miembros del Consejo de Seguridad criticaron la respuesta israelí contra Hezbollah, el embajador estadounidense John Bolton se burló diciendo que el gremio se había convertido en un "cuarto de parloteo". Son ese tipo de declaraciones las que hieren profundamente a la ONU y también a Kofi Annan.