Los tucumanos se ríen de sí mismos y de su realidad

Los tucumanos se ríen de sí mismos y de su realidad

Las ocurrencias, las malas palabras, los sarcasmos y los apodos integran el menú de los artistas. La experiencia de los humoristas tucumanos frente a sus comprovincianos.

26 Marzo 2006
Humorismo: "Manera de enjuiciar, afrontar y comentar las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso, burlón y, aunque sea en apariencia, ligero". Ya desde la definición del Diccionario de la Lengua se da cuenta de que el humor es una facultad crítica.
"Dicen que los tucumanos tenemos acento francés", cuenta el actor Miguel Martín, que protagoniza el espectáculo "Hablemo tucumano", y no puede sino despacharse con el chiste: "Un jardinero le dice a otro: (en francés) "Eh!!! que podí podá vó?"; y el otro le contesta (también en francés) "No sé, ya vua vé, ehhh". Ja, ja (risas y más risas).
Pero, ¿de qué se ríen los tucumanos? Las respuestas de los humoristas son distintas. "Más allá del humor de corte regionalista, que remeda la forma de hablar de nuestros comprovincianos, muy particular y siempre efectivo entre los espectadores tucumanos, nos reímos de las mismas cosas que cualquier argentino, desde el humor político al sexual", sostiene Víctor Hugo Cortés.
"El tucumano se ríe muchísimo de sí mismo. Es muy ocurrente, y por supuesto también festeja mucho con los apodos (Uno para los señores que son engañados por su mujer: tractorista insolao: porque lo hacen arar de noche..); la rapidez mental para contestar o para ejecutar una broma son cualidades únicas del tucumano", afirma Martín.
Manuel Villarrubia Norri, que trabaja frecuentemente en escenarios under, tiene otra opinión. "La mayoría se ríe de lo que ve, ni siquiera de lo que oye. Salvo el humor del chiste en la calle, una imagen la entretiene más que un monólogo".
Según Patricio de la Torre, uno de los protagonistas de la obra "Varieté en paqueté", el público tucumano es muy especial y variado. "Se ríe bastante de lo grotesco, las malas palabras, las burlas y las sátiras. Aunque también prefieren ver a los actores realizar situaciones o escenas cómicas; creo que muy pocos optan por el humor intelectual, en el que hay que pensar un poco e ir más allá del sarcasmo. La ironía es algo de lo que los tucumanos estamos acostumbrados a usar pero a la hora de verla en escena es diferente. La gente está muy acostumbrada a celebrar las situaciones violentas", manifestó.
El capocómico Ceferino Décima asegura que su público se ríe de todo. "Quién va a verme espera esa cosa sangrienta de la mala palabra o la grosería; en realidad, no hay malas palabras, hay palabras adecuadas o inadecuadas, Y cuando hago chistes naif, que me encantan, se quedan mirándome como si me dijeran: ¡dale gordo, empezá de una vez!. De mi lucha por adelgazar se ríen mucho, porque son cosas en las que se ven reflejados".

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