Definido el mapa político y con un gobierno fortalecido en el Congreso, arranca una nueva etapa del programa económico. Con el ancla fiscal firme, ahora revalidada con la aprobación del Presupuesto, y con una agenda de reformas que apuntan a desregular más la economía y a bajar el costo argentino, el Gobierno busca reducir el riesgo país para volver a los mercados internacionales de deuda y que un mayor flujo financiero potencie la inversión y le dé mayor estabilidad al crecimiento, describen los equipos de Estrategia y Research de Cohen, Aliados Financieros.
El principal obstáculo es el nivel de reservas internacionales, que se encuentra muy lejos de la meta con el FMI, y la marcada debilidad del programa para acumularlas debido a la imposibilidad del Banco Central (BCRA) de intervenir en el mercado de cambios si el tipo de cambio no perfora el piso de la banda, condición que parece imposible de cumplir, ya que dicho nivel resulta poco competitivo, profundiza el déficit externo y alimenta la dolarización de carteras. En virtud de esta dificultad, indica el reporte de Cohen, el Gobierno dio un giro pragmático, primero testeando al mercado con una emisión en dólares en el mercado local y luego anunciando modificaciones en el programa cambiario, estableciendo que el techo y el piso de la banda ya no tendrán un ajuste constante, sino que pasarán a depender de la inflación pasada. Al mismo tiempo, el BCRA apunta a que, con el proceso de remonetización de la economía, el mercado cambiario muestre un excedente de divisas que podría aprovechar para comprar con emisión monetaria y sin necesidad de un ajuste del tipo de cambio.
Se trata de una señal al mercado para lograr una baja suficiente del riesgo país que permita, en 2026, volver a los mercados internacionales. Mientras tanto, la economía muestra algunas luces amarillas, como la aceleración de la inflación y la caída del nivel de actividad, en un contexto en el que el tipo de cambio opera estable y con tasas de interés más bajas.
Para el primer mes del nuevo año, los vencimientos se pagarán con los dólares que tiene el Tesoro en el Central y con algún préstamo puente con bancos, lo que le dará espacio para que el riesgo país siga comprimiendo y, ya hacia fines de marzo, esté en condiciones de volver al mercado, indica el diagnóstico privado. “La modificación en la política cambiaria fue en la dirección correcta, pero no será la última, y se esperan nuevos ajustes para poder cumplir con el objetivo de reservas”, acota.
El turno de las reformas
El Gobierno vuelve a gozar de buenos indicadores de apoyo a su gestión: el Índice de Confianza en el Gobierno, que elabora la Universidad Di Tella, marcó un incremento del 17,5% respecto de octubre, lo que llevó el nivel de apoyo del 38% al 49,4%, siendo el mejor registro desde febrero pasado. Además, con la renovación del Congreso, pasó a ser la primera minoría -sumando aliados- en la Cámara de Diputados y cuenta con una buena base de apoyos en el Senado, en un contexto de oposición fragmentada, lo que le da al oficialismo la chance de marcar la agenda, como pasó con el Presupuesto 2026. En este marco, el Gobierno va por el proyecto de Ley de Modernización Laboral. La iniciativa busca reducir el costo del empleo formal mediante una baja de contribuciones patronales, tanto sobre puestos existentes como sobre nuevas contrataciones; ordena el esquema de indemnizaciones, manteniendo un salario por año trabajado con reglas de actualización uniformes, e introduce mayor flexibilidad en convenios colectivos, períodos de prueba y modalidades horarias, sin modificar los aportes de los trabajadores. También envió un proyecto de reforma tributaria que contempla una reducción gradual del impuesto a las Ganancias para personas jurídicas y la eliminación de impuestos internos sobre diversos bienes y servicios.
¿Cómo cierra el año?
Según Cohen, el último trimestre de este año cerrará con una tibia expansión de la actividad económica, del orden del 2% interanual, con lo que el Producto Bruto Interno (PBI) cerrará con un alza del 4,4%. Un factor que es innegociable para la gestión del presidente Javier Milei es el ancla fiscal. La disciplina financiera se sostendrá, incluso con más recorte del gasto público. El ajuste puede ser mayor si es que el nivel de ingresos no logra recuperar el ritmo que tenía hacia la primera mitad del año. El propio Milei anticipó que no cederá en esa política.
Diciembre dejó un balance positivo en materia de financiamiento del Tesoro. En un contexto de licitación exigente, el Gobierno logró extender plazos y convalidar tasas más bajas, mejorando el perfil de vencimientos, apunta el reporte de Cohen.
Un factor que vuelve inquietar a la Casa Rosada es la inflación. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional se aceleró por séptimo mes consecutivo, marcando un alza de 2,5% en noviembre -por encima del 2,3% registrado en octubre- y acumula 27,9% en los primeros 11 meses del año. Probablemente, esa cifra puede repetirse en el último mes del año, por lo que no podría perforarse la barrera del 2% que pronosticó el Ministerio de Economía en el transcurso del año.









