
. Foto: Uno Entre Ríos

El mate es mucho más que una infusión: forma parte de la identidad cotidiana de millones de argentinos. Acompaña desayunos, tardes de estudio, jornadas laborales y encuentros familiares, siempre presente junto a tortas fritas, bizcochitos o una porción de torta casera. Sin embargo, durante años circuló la idea de que su consumo podía provocar deshidratación. Hoy, la ciencia ofrece una respuesta clara y tranquilizadora.
Diversos estudios recientes demostraron que el mate no deshidrata. Si bien contiene cafeína -una sustancia con leve efecto diurético-, los especialistas señalan que, en personas habituadas a su consumo, ese efecto es mínimo y no genera una pérdida significativa de líquidos.
Investigaciones publicadas en el European Journal of Clinical Nutrition concluyen que el líquido aportado por el mate supera ampliamente cualquier aumento leve en la eliminación de orina. Es decir, lejos de deshidratar, el mate contribuye al balance hídrico diario del organismo.
El mito se originó justamente por la presencia de cafeína, pero la evidencia científica indica que el cuerpo desarrolla tolerancia a este componente con el consumo regular, reduciendo su impacto diurético. Por eso, tomado con moderación, el mate sí suma hidratación.
No obstante, los especialistas aclaran que existen situaciones en las que conviene moderar su ingesta. Personas con hipertensión sensible a la cafeína, trastornos del sueño, problemas gástricos o mujeres embarazadas deberían controlar la cantidad y la temperatura de la infusión, especialmente cuando se consume muy caliente.
Además, aunque el mate aporta líquido, no debe reemplazar por completo al agua. El agua sigue siendo esencial para una correcta hidratación, sobre todo durante la actividad física, en jornadas de calor extremo o frente a cuadros de fiebre, diarrea o vómitos.







