Tucumán se viste de fiesta en esta temporada navideña: qué simbolizan los colores verde, rojo y dorado

La elección de los adornos y los colores tienen un significado que se consolidó a lo largo de generaciones.

Decoración navideña en Casa de Gobierno - Foto tomada de Comunicación Pública Decoración navideña en Casa de Gobierno - Foto tomada de Comunicación Pública
Hace 1 Hs

La Navidad es una de las celebraciones católicas más significativas del año porque se conmemora el nacimiento de Jesús. Es parte de la tradición tucumana, como también lo es en otras provincias. Las casas y los espacios públicos de la ciudad se visten de colores y adornos que simbolizan el espíritu festivo de la comunidad.

Guirnaldas, árboles decorados con esferas y luces, pesebres representativos, estrellas colgantes, figuras alusivas a la época y coronas en las puertas son algunos de los elementos que no pueden faltar en estas fechas. Estas decoraciones, que iluminan y llenan de vida los barrios y plazas, reflejan tanto la alegría de quienes las colocan como el sentido comunitario de una fecha que invita a la unión y la esperanza compartida.

En Tucumán, los colores que predominan en las decoraciones son el verde, el rojo y el dorado, una elección que no es al azar sino que cada uno tiene un significado, cada tonalidad remite a valores y símbolos que acompañan el sentido de la Fiesta.

Historiadores señalan que la asociación entre el rojo y el verde con la Navidad se remonta a tradiciones europeas de la Edad Media, cuando el invierno cubrió de gris  los paisajes y pocas plantas mantenían su color. Entre ellas, el acebo y el muérdago destacaban por sus hojas siempreverdes y sus frutos rojos, una combinación que contrastaba con la paleta invernal y se convirtió en símbolo de vida y esperanza en los días más fríos del año. Estas especies eran utilizadas para decorar hogares y espacios festivos, representando un recordatorio de vitalidad en medio de la estación más dura.

Con el paso de los siglos, esta práctica popular se fue integrando a las celebraciones cristianas y contribuyó a consolidar la combinación del rojo y el verde como emblema visual de la Navidad, incluso antes de que otras influencias culturales reforzaran su presencia en el imaginario colectivo.

Imagen ilustrativa Imagen ilustrativa

El verde, tan presente en los árboles, guirnaldas y coronas, representa la vida eterna, la esperanza que trae consigo el nacimiento de Jesús, reflejando la promesa de renovación y calma que acompaña la llegada de la Navidad.

Por otro lado, el rojo, muy visible en esferas, cintas y otros adornos, simboliza el amor, la calidez humana y, desde una mirada religiosa, la sangre de Cristo que rememora su sacrificio y la redención de la humanidad.

Finalmente, el dorado se asocia con la luz, la prosperidad y la riqueza espiritual, recordando tanto los regalos de los Reyes Magos como la estrella de Belén que guió su camino. Esta paleta cromática, que combina tradición, simbolismo y emociones compartidas, no solo decoran, sino que refuerza el espíritu de unión, fe y celebración que caracteriza a la Navidad en Tucumán y en muchas comunidades del país.

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