
Leonel Di Plácido y el tesoro de la Hazaña de Quito: la historia detrás de una camiseta única
El lateral volvió a Atlético Tucumán después de siete años y contó cómo logró quedarse con una de las casacas más simbólicas de la historia del club, la que se usó en Ecuador en una noche que quedó grabada para siempre.
MÁS ALLÁ DEL TIEMPO. El lateral, que volvió a Atlético Tucumán después de siete años, conserva en su casa la camiseta que se usó en la Hazaña de Quito, una pieza única de una noche histórica para el “Decano”.

Leonel Di Plácido volvió a ponerse la camiseta de Atlético Tucumán después de siete años y, con ese regreso, también reapareció una historia de memoria y casualidades. El lateral derecho, primer refuerzo del “Decano” para la próxima temporada, recordó una anécdota íntima vinculada a la Hazaña de Quito, aquel partido inolvidable en el que el equipo tucumano venció 1-0 a El Nacional en Ecuador, en medio de todo tipo de contratiempos.
Di Plácido fue parte de ese plantel que hizo historia jugando con la camiseta de la Selección Argentina Sub 20, ya que la indumentaria habitual no llegó a tiempo y el equipo debió salir a la cancha con las casacas que utilizaba el combinado juvenil en el Sudamericano que se disputaba en ese país. Una situación atípica que le dio su toque de épica y potenció más el valor de esa noche.
Sin embargo, tras el partido, ninguna de esas camisetas quedó en manos de los jugadores de Atlético. La utilería regresó a la Selección juvenil, que continuó utilizándolas durante el torneo. “Terminó el partido y, como fue algo tan histórico, todos queríamos llevarnos la camiseta, pero la respuesta fue que no”, recordó Di Plácido en diálogo con TyC Sports.
El tiempo pasó, la carrera siguió su curso y el fútbol volvió a cruzar caminos. Ya en Lanús, Di Plácido compartió plantel con un juvenil que había formado parte de aquella Selección Sub 20: Tomás Belmonte, hoy mediocampista de Boca. En una charla casual apareció la revelación que cambiaría la historia. “Me dijo: ‘¿Sabés que usaste mi remera?’”, contó el lateral. La respuesta fue inmediata y le propuso intercambiarla por una camiseta de Atlético de ese momento.
El acuerdo se concretó y la camiseta viajó con él. “Coordinamos, me trajo la suya y yo le regalé una de Atlético. La tengo en casa. La traje porque la quería traer”, relató, con orgullo. Para Di Plácido, ese detalle tiene un valor especial ya que cree que es el único de los futbolistas que jugó ese día que conserva esa casaca.
La anécdota, además, se completa con otra coincidencia del fútbol. Belmonte había llegado a esa Selección Sub 20 a último momento, por la lesión de Kevin Mac Allister. “No lo había pensado. Él entró por esas cosas y hoy es mi amigo. Eso hace que la historia sea todavía más linda”, reflexionó.
Hoy, de regreso en Tucumán, Di Plácido mira esa camiseta como una pieza que resume un recorrido personal y colectivo. “Uno piensa en todo. Jugué con esa remera, después fui compañero de él y ahora estoy de vuelta acá. Siento que todo pasa por algo y que hoy estoy donde debería estar”, cerró. Una frase que conecta pasado y presente, con la Hazaña de Quito como punto de partida y una camiseta como testigo silencioso.







