Verano 2026: a pocas horas de la capital tucumana, existe un paraíso que pocos conocen

Entre sierras y paisajes únicos, El Rodeo se posiciona como uno de los destinos más encantadores y menos explorados de Catamarca, ideal para una escapada de descanso.

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Por Santiago Mendieta Hace 5 Hs

Las agencias de viajes suelen coincidir en un diagnóstico: Catamarca es una de las provincias del norte con mayor potencial turístico desaprovechado. Sin embargo, el territorio guarda postales únicas y destinos ideales para quienes buscan una escapada de descanso. Uno de ellos es El Rodeo, una pintoresca villa enclavada entre las sierras que logra conquistar a cada visitante.

Aunque persisten señalamientos sobre la falta de infraestructura y de una organización capaz de recibir grandes flujos turísticos, El Rodeo se distingue por otra fortaleza: su gente. Vecinos históricos y residentes que llegan desde San Fernando del Valle de Catamarca se convierten en anfitriones espontáneos, ofreciendo calidez y hospitalidad a quienes eligen conocer este rincón serrano.

El Rodeo, el tesoro de las sierras catamarqueñas

El Rodeo se encuentra a 270 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Entre los caminos elegidos para llegar está la ruta 38, que llega al sur de la capital de Catamarca, donde empalma con Avenida del Bicentenario. Desde allí, la ruta 4 asciende por las sierras hasta alcanzar los 1250 metros sobre el nivel del mar. Solo 39 kilómetors separan San Fernando de El Rodeo.

Verano 2026: a pocas horas de la capital tucumana, existe un paraíso que pocos conocen

La pequeña villa está ubicada en el departamento de Ambato, al pie de la sierra homónima. Guarda un clima fresco incluso en verano y es uno de los principales destinos de los catamarqueños para cada ocasión en que pueden tomarse un descanso.

La localidad cuenta con solo 1.007 residentes permanentes según los datos de Indec del 2010 y tiene hosterías, hostales, una casa residencial y campings en los cuales hacer noche o pasar el día. También un río cruza el paisaje y permite a los veraneantes refrescarse en los cuerpos de agua que corren a través de las sierras.

Para los más aventureros se ofrecen circuitos de montaña con acceso a las mejores vistas panorámicas del lugar. También se hacen paseos a caballo para explorar los rincones serranos en torno al pueblo.

Durante el verano, la vida nocturna se activa. Además de los paseos a caballo o los baños en arroyos y piletas, vuelven a organizarse los encuentros nocturnos característicos del norte: las peñas folklóricas.

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