
Una localidad italiana busca nuevos residentes. Derechos de autor Radicondoli / www.wivoaradicondoli.it

“La dolce vita” no es algo que esté solo en las películas de Fellini, de hecho, parece mucho más sencillo vivir entre las colinas y beber un vaso de vino diario con las nuevas ayudas del intendente de Radicondoli que invita a adoptar la filosofía de goce mientras se admiran los paisajes de la Toscana italiana.
En una localidad en lo alto de las montañas, llevar una vida de goces no es tan costoso. Radicondoli, una localidad medieval aproximadamente una hora al sur de Florencia, está ofreciendo un paquete de incentivos, tanto para quienes alquilan como para compradores interesados, con la esperanza de frenar la despoblación.
Una casa en un lugar de película
Radicondoli es la última comunidad italiana que se introduce en el plan para introducir nuevos pobladores en ciudades cada vez más olvidadas. Y aunque esta localidad tenga poca población, rebosa de encanto e historia. Fue fundada hace más de 1000 años y su estilo medieval delata cada aspecto de la época: calles empedradas, tejados color terracota y hasta fragmentos de las murallas que protegieron los límites de invasores.
Pero tu casa no solo estaría inmersa en una ciudad de portada de un libro de historia sino también entre campos de ensueño, con vistas a tierras de cultivo, bosques y olivares, sin olvidar que todo se enmarca en un cuento maravilloso: castillos y bodegas rodean las viviendas, prometiendo un brindis cada noche en la Toscana.
Subvenciones en el alquiler y las compras
Según CNN Travel, el alcalde local, Francesco Guarguaglini, reservó más de 400.000 € este año para atraer nuevos residentes, con ayudas para la compra de vivienda y subvenciones para usuarios de energías renovables y estudiantes.
Para ampliar su atractivo, Radicondoli cubrirá la mitad del alquiler durante los dos primeros años para los recién llegados que soliciten antes de diciembre de 2025 y se muden a comienzos de 2026. Para optar, los compradores deben comprometerse a permanecer al menos diez años. Los inquilinos deberán quedarse al menos cuatro años.
Desde que introdujo los incentivos en 2023, el municipio dio la bienvenida a alrededor de 60 nuevos residentes, un impulso para una localidad cuya población pasó de 3.000 a solo 966 en el último siglo. Unas 100 de sus aproximadamente 450 viviendas están hoy vacías.
A diferencia de los pueblos que ofrecen casas en ruinas por un euro, Radicondoli subraya que sus propiedades mantienen un valor real de mercado. Muchas están habitadas o conservadas, de modo que los recién llegados no empiezan con grandes reconstrucciones, explicó Guarguaglini a CNN.








