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Durante décadas, el camino “correcto” parecía estar escrito: entrar a una empresa, crecer, jubilarse en el mismo lugar, comprar una casa y formar una familia. Hoy, ese recorrido ya no es una hoja de ruta universal. Las nuevas generaciones están rompiendo con esas estructuras tradicionales y priorizan otros valores: flexibilidad, propósito, bienestar, experiencias y libertad de movimiento. A eso se agregan las nuevas formas de trabajar, donde la presencialidad le ha dado paso al "home office" y, en muchos casos, al sistema híbrido.
“Hay una modificación enorme en este sentido. Hoy hablamos más de fidelización que de retención. Antes las políticas de Recursos Humanos buscaban retener al talento con pagos o beneficios. Hoy, muchos jóvenes ya no ven la rotación como una mancha en el currículum, sino como un símbolo de crecimiento, movimiento y evolución profesional”, indicaLeandro Cazorla, CEO de Adecco Argentina.
Así como el ideal de estabilidad absoluta empieza a perder peso, también se transforma la forma de construir una carrera. En lugar de permanecer durante décadas en una misma organización, cada vez más jóvenes eligen acumular experiencias, proyectos, aprendizajes y desafíos diversos. En otros términos, las nuevas generaciones ya no se casan con el empleador que, a su criterio, le ofrezca un buen ingreso; prefieren un clima laboral acorde a sus tiempos.
“Hoy se habla directamente de ‘pasaporte laboral’. Esos ‘sellos’ son experiencias que se pueden capitalizar y que construyen un perfil profesional. El desafío para las empresas es entender que la fidelización ya no pasa solo por el salario, sino por una propuesta de valor más flexible, dinámica y con propósito”, acota Cazorla
De la casa propia a las experiencias
Así como para muchos jóvenes viajar, formarse y vivir nuevas experiencias pasó a ocupar el lugar que antes tenía la casa propia como gran objetivo, ese mismo cambio de mentalidad se trasladó al mundo laboral. El trabajo ya no es solo un espacio de permanencia: es un territorio de exploración, aprendizaje y construcción personal.
En este contexto, factores como la flexibilidad, el equilibrio entre vida personal y laboral, el clima de trabajo, el liderazgo cercano y las oportunidades reales de desarrollo ganan protagonismo frente a las propuestas rígidas del pasado.
Aunque en posiciones estratégicas la productividad sigue creciendo con el tiempo y la permanencia continúa siendo clave, el camino para construir compromiso cambió. Hoy las organizaciones ya no pueden apoyarse únicamente en esquemas tradicionales ni en beneficios estandarizados.
“Las empresas tienen que diseñar estrategias de fidelización basadas en propósito, flexibilidad, beneficios personalizados y una lectura real de las diferentes generaciones que conviven dentro de las organizaciones. Hoy la propuesta de valor ya no puede ser lineal ni homogénea”, concluye el CEO de Adecco Argentina.







