Un informe reciente de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard volvió a poner en el centro del debate un tema clave para las próximas décadas: cómo vivir más y mejor. Aunque la humanidad logró aumentar de manera sostenida la esperanza de vida y reducir las tasas de natalidad, este avance viene acompañado por un desafío creciente: cada vez más personas transitan un mayor número de años con enfermedades crónicas o discapacidades.
Según el portal The Nutrition Source, este panorama impulsó a la comunidad científica a concentrarse en la llamada esperanza de vida saludable, es decir, no solo prolongar la vida, sino extender los años vividos con bienestar y autonomía. Bajo esta premisa, las elecciones cotidianas cobran un rol decisivo en el envejecimiento y en la calidad de vida futura. Los expertos de Harvard subrayan que nunca es tarde para modificar hábitos y obtener beneficios concretos en términos de salud y longevidad.
Antes de elaborar sus recomendaciones, los investigadores llevaron adelante un extenso trabajo basado en datos del Estudio de Salud de Enfermeras y del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. El seguimiento, que se prolongó por hasta 34 años, permitió identificar cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo que ejercen una influencia directa en la extensión de la esperanza de vida saludable.
Los cinco hábitos clave para vivir más, según Harvard
La Universidad de Harvard destacó que la genética no es el único componente en la ecuación de la longevidad. Las decisiones diarias -sostenidas en el tiempo- pueden convertirse en verdaderos pilares de protección.
1. Alimentación equilibrada
El primer hábito recomendado es mantener una dieta rica en cereales integrales, verduras (especialmente las de hoja verde), frutas frescas, frutos secos, pescado, aves y legumbres. También se aconseja limitar el consumo de carnes rojas y procesadas, azúcares añadidos y carbohidratos refinados. Las grasas saludables, como el aceite de oliva, deben ocupar un lugar prioritario en la cocina.
2. Actividad física regular
El segundo factor apunta al movimiento. Los especialistas recomiendan realizar al menos 30 minutos diarios de ejercicio moderado a vigoroso para favorecer el sistema cardiovascular, preservar la masa muscular y contrarrestar el sedentarismo, uno de los principales desencadenantes de enfermedades crónicas.
3. Mantener un IMC saludable
El Índice de Masa Corporal (IMC) debe ubicarse entre 18.5 y 25. Este indicador no se limita al peso corporal: permite evaluar la acumulación de grasa abdominal, estrechamente asociada al riesgo de diabetes tipo 2, afecciones cardíacas y otras patologías que impactan en la calidad de vida.
4. Evitar el cigarrillo
El tabaquismo continúa entre los factores más perjudiciales para la salud. Su vínculo con el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos respiratorios crónicos convierte a este hábito en uno de los más dañinos. Abstenerse de fumar representa una de las formas más directas de proteger el organismo.
5. Consumo moderado de alcohol
El último elemento está relacionado con la ingesta de alcohol. Para quienes optan por beber, Harvard establece un límite de una copa al día para mujeres y hasta dos para hombres. Superar esos márgenes eleva significativamente el riesgo de enfermedades crónicas.
Los investigadores concluyen que la adopción conjunta de estos cinco hábitos podría sumar más de una década de vida saludable a la expectativa promedio, dejando en claro que las decisiones diarias son una herramienta poderosa para construir un envejecimiento pleno.







