UN PAÍS COMPLEJO. Fede Simonetti define a la política argentina como “la humedad que te arruina la pared”.
Fede Simonetti desplegará estará esta noche en Puerto Libertad (Las Piedras 1.850), desde las 21.30, su show de stand up en el que la comedia política es protagonista. Monologuista y periodista, creador del canal de YouTube “País de boludos” y dueño de un humor inteligente y ácido, sus rutinas giran sobre la crítica social, a la familia típica, al capitalismo y los medios.
“Si discutís precios con tu familia, ya estás haciendo política. Está en la mesa, en el súper, en la factura de luz. Viene sola. Es como un perro callejero que adoptaste sin querer, es como la humedad: no la ves, pero un día te despertaste y ya te arruinó la pared, la heladera y la vida emocional”, afirma a LA GACETA.
- ¿En tus shows la política se filtra por todos lados?
- La política no “se filtra”: entra a los gritos, patea la puerta y se me sienta en primera fila. No es que yo la elija: vivo en Argentina, ¿cómo no voy a hablar de política? Para mí, el humor es eso: agarrar lo malo que te pasa y transformarlo en algo que te permita no llorar en público… o llorar un poco, pero que parezca risa. ¿Viste cuando decís “no, esto ya es demasiado”? Bueno, la Argentina te responde: “¿Ah sí? Sosteneme el fernet”.
- ¿Se puede hacer reír con cualquier cosa?
- En teoría, sí. En la práctica, no todo el mundo está preparado para reírse de todo. Y resulta medio cruel hacer humor sobre lo que a otro le duele en la cara sin ningún tipo de resignificación, ni empoderamiento ni nada que lo haga reír un rato de eso. Distinto es cuando compartimos los dolores. Pero el humor es eso: medir dónde está el límite y pisarlo igual, pero con gracia. Si lo hacés bien, la gente se ríe. Si lo hacés mal, te cancelan. Si lo hacés regular, te aplauden por compromiso.
- ¿Hay una frontera donde te frenás y te ponés serio?
- No, soy el que hace chistes en los velatorios con el muerto tibio, está en mi naturaleza.
- ¿Cómo encontrás el stand up argentino actual?
- La verdad que creo que es uno de los mejores de habla hispana, tiene un desarrollo de comedia de todo tipo: mainstream, under, clásicos, innovadores, mujeres, varones, disidencias de género, todo tipo de humores y estilos. Hay un circuito muy profesional e innovador que no tiene nada que envidiarle a otros países de habla hispana e incluso con mercados consolidados. Lo que falta es que crezca en las provincias, que no se interrumpa el circuito, Tucumán es un ejemplo en ese sentido, debe haber stand up desde hace por los menos 15 años. Pero en la mayoría de las grandes ciudades del interior no pasa, e incluyo Rosario o Córdoba.
- La política te atravesó desde tu casa familiar, con padre peronista y madre radical. ¿La llevás a tu propio hogar ahora?
- En mi casa se hablaba de política como otros hablan de fútbol: con pasión, sin información precisa y con acusaciones personales totalmente innecesarias. Un poco la llevo a mi vida actual.
- Tu pareja es Connie Ballarini. ¿Cómo es convivir con una standupera?
- Es genial y agotador. Porque al principio decís: “Qué bueno, compartimos el mismo mundo”. Y después: “Ah, compartimos el MISMO mundo… TODO el día”. Pero tiene su magia: nadie te juzga si hacés un chiste horrible mientras lavás los platos. Eso no te lo da cualquier pareja.
- ¿Se muestran sus rutinas?
- Poco y nada, en general vamos una o dos veces por año a un show del otro. Pero tenemos humores muy distintos y procesos creativos muy distintos así que trabajar cosas juntos es más incómodo que placentero.







