Infidelidad en la pareja: qué factores influyen y cómo se explica desde la psicología

Expertos explican cómo influyen la insatisfacción, las crisis personales y los problemas de pareja en la aparición de la infidelidad.

Infidelidad en la pareja: qué factores influyen y cómo se explica desde la psicología El Litoral
Hace 1 Hs

La infidelidad sigue siendo uno de los puntos de mayor conflicto dentro de las relaciones amorosas. Se manifiesta cuando se quiebra la idea de exclusividad que sostiene a la mayoría de los vínculos, y no solo altera la dinámica cotidiana: también genera una profunda sensación de traición, con consecuencias emocionales que suelen resultar difíciles de atravesar.

Si bien cada pareja establece sus propias reglas, la psicología identifica patrones que permiten comprender por qué ciertos comportamientos se consideran desleales. Las distintas formas que puede adoptar la infidelidad, su impacto y los factores que inciden en su gravedad dependen del entorno social, de las experiencias previas y de la manera en que cada persona entiende el compromiso afectivo.

En este marco, comprender sus manifestaciones y consecuencias ayuda a dimensionar el malestar que provoca y a identificar por qué algunas personas recurren a este tipo de conductas. Desde esta perspectiva, se observa cómo influyen tanto los aspectos individuales como las dificultades propias de cada vínculo.

¿Por qué se es infiel?

La psicología señala que la infidelidad suele funcionar como un indicador de que algo no está funcionando dentro de la relación. Puede surgir por insatisfacción, por la necesidad de cubrir demandas afectivas o por la búsqueda de estímulos que ya no aparecen en el vínculo principal. En muchos casos, quien incurre en la conducta percibe que el compromiso perdió fuerza o que la relación dejó de aportar bienestar.

En el plano personal, los motivos pueden ser múltiples. El miedo a profundizar el compromiso es uno de los más frecuentes: cuando alguien vive la pareja como una pérdida de libertad o siente que se apagó la emoción del inicio, puede intentar poner a prueba el lazo a través de una relación paralela. También influyen las inseguridades y la baja autoestima, especialmente cuando la validación externa se vuelve una necesidad. Incluso la diferencia de edad en ciertos vínculos puede expresar el intento de volver a etapas pasadas o de resistirse al paso del tiempo.

Otro factor habitual es atravesar una crisis personal. La rutina, la sobrecarga de responsabilidades o la desconexión emocional generan vacío y desgaste, y esto puede llevar a algunas personas a buscar vínculos nuevos que funcionen como alivio temporal. A ello se suma un perfil que disfruta de la conquista amorosa y no desea sostener una relación exclusiva, así como situaciones ligadas a la adicción al sexo, donde la falta de control impulsa encuentros sucesivos.

Las causas también pueden estar directamente en la relación. Las crisis de pareja marcadas por la falta de comunicación, la distancia afectiva y la monotonía facilitan la aparición de terceros. La rutina sexual -con una disminución del deseo o una vida íntima limitada- también puede motivar la búsqueda de experiencias que aporten sensación de novedad. En algunos casos, la infidelidad surge como un impulso de venganza, especialmente cuando hay inmadurez emocional o heridas recientes que aún no fueron resueltas.

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