CRECE LA TENSIÓN. Pablo Dóvalo, árbitro del encuentro en Arroyito, confirmó que elevará un informe por el pasillo de espaldas de Estudiantes a Rosario Central.
La escena ya había recorrido las redes, los programas de TV y hasta el exterior. Estudiantes formó el pasillo solicitado por la organización, pero se dio vuelta y ofreció la espalda mientras Rosario Central ingresaba al campo de juego como campeón anual. Lo que faltaba era la voz del árbitro. Y llegó.
Tras el 1-0 que clasificó al “Pincha” a los cuartos de final del Clausura, Pablo Dóvalo confirmó que elevará un informe por lo sucedido durante la salida oficial de los equipos en Arroyito. Su postura fue clara, el protocolo indicado por la AFA no se cumplió. “A mí me informaron un protocolo y ese protocolo no se cumplió. Lo único que puedo hacer es informarlo”, dijo en ESPN.
El juez explicó que, antes del partido, recibió instrucciones precisas desde la Liga Profesional y la AFA sobre cómo debía realizarse el pasillo. Según su relato, lo que vio en el túnel distó de lo planificado. “Me dieron instrucciones específicas de que el pasillo tenía que ser de una manera. Al observar que no fue así, lo informaré y las decisiones no pasan por mí”, insistió.
Dóvalo también remarcó que desconocía el gesto que iban a adoptar los futbolistas de Estudiantes, aunque notó conversaciones entre referentes de ambos equipos y hasta mencionó un comentario de Jorge “Fatura” Broun, subcapitán del “Canalla”. “A mí no me avisó nadie. Sé que entre los jugadores hablaron porque lo noté y porque Broun me lo dijo después”, contó.
La tensión no surgió de la nada. La decisión de la AFA de otorgar a Rosario Central el título de campeón anual, modificando el reglamento en plena temporada, desató un conflicto que tuvo a Juan Sebastián Verón como uno de los pocos presidentes que se plantaron públicamente. Estudiantes fue el único club de Primera que cuestionó formalmente la coronación. El pasillo de espaldas fue, en los hechos, la continuidad de esa postura institucional.
En paralelo, el Tribunal de Disciplina evaluará el informe del árbitro y definirá si corresponde aplicar una sanción deportiva o económica al club. Hasta ahora, lo único confirmado es una multa que ronda los ocho millones de pesos por la ausencia de Eduardo Domínguez y de los jugadores en la conferencia de prensa y en las declaraciones para la transmisión oficial.
Mientras se espera la resolución, la polémica sigue creciendo. El gesto en Arroyito ya quedó en la historia y ahora se discute su impacto reglamentario. Dóvalo hizo lo propio e informó. La pelota, esta vez, está del lado de la AFA.






