Peligra la ayuda alimentaria a 40 millones de estadounidenses

Un dirigente demócrata acusa al gobierno de Trump de “instrumentalizar el hambre”, luego del cierre de la admnistración porque no se aprobó el presupuesto. Servicios públicos paralizados.

CLAROSCURO. En uno de los países más ricos, uno de cada ocho personas sobrevive con cupones de alimentos. CLAROSCURO. En uno de los países más ricos, uno de cada ocho personas sobrevive con cupones de alimentos.
03 Noviembre 2025

WASHINGTON, Estados Unidos.- El líder de la minoría demócrata en el Congreso de Estados Unidos, Hakeem Jeffries, acusó al presidente Donald Trump de “instrumentalizar el hambre”, cuando el cierre del gobierno provocó el cese de beneficios alimentarios a millones de personas.

Según el legislador, el oficialismo no se toma en serio la reapertura del gobierno, con servicios públicos paralizados desde hace cinco semanas en el marco de una falta de acuerdo presupuestal en el Congreso.

Jeffries señaló que los republicanos han fabricado una crisis al suspender los fondos para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que proporciona ayuda alimentaria a más de 42 millones de estadounidenses.

“Queremos reabrir el gobierno, queremos lograr un acuerdo de gasto bipartidista que realmente mejore la vida de los estadounidenses comunes”, dijo en el programa “State of the Union” (”Estado de la Unión”), de CNN.

“Es muy lamentable que Donald Trump y los republicanos hayan decidido instrumentalizar el hambre y suspender los beneficios del SNAP, incluso contraviniendo a dos tribunales federales que han dejado claro que ninguna persona en este país debería quedarse sin su asistencia nutricional”, afirmó.

Un juez federal ordenó recientemente al gobierno utilizar fondos de emergencia para garantizar la continuidad del beneficio.

Trump se mostró dispuesto a cumplir, pero dijo que necesitaba más aclaraciones sobre cómo la administración podría hacerlo legalmente.

“Donald Trump y su administración encuentran financiación para otros proyectos, pero de alguna manera no pueden encontrar dinero para asegurarse de que los estadounidenses no pasen hambre”, lanzó el legislador demócrata.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, responsabilizó a su vez a los demócratas de querer “renegociar todo el sistema de salud”.

“Por eso tienen al gobierno como rehén”, declaró en el programa “Sunday Morning Futures”, de Fox News.

“Quieren añadir 1,7 billones de dólares en nuevos gastos y, de nuevo, otorgar Medicaid, financiado por los contribuyentes, a inmigrantes indocumentados. Eso es una línea roja para el presidente Trump y los republicanos”, afirmó.

Los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos no son, sin embargo, elegibles para Medicaid, el programa federal de cobertura médica para estadounidenses de bajos ingresos, ni para SNAP.

En cambio, si son cerca de 40 millones los estadounidenses en riesgo de perder la ayuda con la que sobreviven.

“He intentado estirar al máximo la poca comida que tengo”, cuenta Chantille Manuel.

Esta residente de Florida que logró reconstruir su vida laboral, pero que aún tiene dificultades para alimentar a su familia.

En los últimos cinco años logró recuperarse de su adicción, perdió más de 64 kilos y emprendió su propio negocio: un salón de belleza.

A pesar de todos estos logros, Manuel ha tenido dificultades para alimentar a su familia y depende de la asistencia social, tanto de iglesias locales como del gobierno estadounidense, para subsistir.

Autosuficiente

“No quiero depender de nadie, quiero ser autosuficiente”, afirma. Ella es una de los más de 40 millones de estadounidenses que podrían quedar sin asistencia alimentaria esencial, debido al cierre parcial del gobierno por la incapacidad del Congreso para llegar a un acuerdo sobre nueva financiación.

El SNAP es usado por uno de cada ocho estadounidenses y desempeña un papel fundamental en la forma en que muchas personas compran sus alimentos.

Algunas instituciones humanitarias hacen de enlace. Una de ellas es All Faiths en Sarasota, Florida. El año pasado alimentaron a más de 80.000 personas, y la necesidad en la zona sigue creciendo, señala Nelle Miller, directora ejecutiva del banco de alimentos.

Desde que comenzó el cierre parcial del gobierno el 1 de octubre, el banco de alimentos ha visto un aumento en la cantidad de personas que necesitan comida. “El año pasado tuvimos tres huracanes. Fue un desastre, pero esta es una tormenta nueva”, dice. “La diferencia es que la gente no se recuperará de inmediato”.

Unas 20.000 personas en la zona reciben beneficios del programa SNAP, explica, y de ellas, unas 6.000 también utilizan los recursos del banco de alimentos.

A Miller le preocupa qué sucederá con los 14.000 beneficiarios de SNAP cuando se les acaben los pagos este fin de semana. ¿Necesitarán ellos también la ayuda del banco de alimentos?, se pregunta.

Si bien All Faiths puede redistribuir sus provisiones de comida para alimentar a más personas en caso de necesidad, eso significa que cada persona recibiría menos cantidad, explica.

“Recibir alimentos es un derecho inalienable. Naces en la Tierra, hay suficiente comida para alimentar a todos. Es un problema de distribución”, afirma Miller.

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