
¿Qué se celebra el primero de noviembre?

A fines de octubre y principios de noviembre, el calendario se completa de festividades, conmemoraciones y reflexiones que comprenden distintas culturas y religiones. Entre Halloween y el Día de Muertos se encuentra el primero de noviembre, ocasión en la que se festeja el Día de Todos los Santos, una celebración milenaria que fue mutando a los largo del tiempo y que convoca a los religiosos del mundo a conmemorar a quienes entregaron su vida a la fe.
El primero de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una ocasión que congrega a católicos romanos y otros cristianos del mundo para honrar a todos los santos de la Iglesia que consideran, llegaron al cielo. Esta fecha tiene un aspecto particular, ya que no se limita a recordar a los santos conocidos y canonizados, sino a todos los que hicieron obras meritorias y que están en el Paraíso.
Todos los Santos son conmemorados
El Día de Todos los Santos reconoce a aquellos cuya santidad solo la conoce Dios, aunque en las celebraciones católicas se tiende a conmemorar a los santos conocidos, canonizados en la Iglesia Católica. Muchos de estos santos tienen sus propias festividades (como San Patricio o San Agustín), por lo que esta ocasión toma en cuenta a aquellos que no fueron canonizados ni tienen una celebración especial.
Esta fecha tiene lugar luego de la Noche de Brujas, una fiesta laica, mientras que esta ocasión está avalada por la Iglesia Católica. Su génesis no está del todo clara, ya que en un principio se celebraba el 13 de mayo. De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, el papa Bonifacio habría iniciado formalmente lo que más tarde se conocería como el Día de Todos los Santos el 13 de mayo en el año 609, cuando dedicó el Panteón de Roma como iglesia en honor a la Virgen María y a todos los mártires.
¿Por qué el primero de noviembre?
Desde que se promulgó el Edicto de MIlán, en el 313 y en el momento en el que se legitimó el cristianismo en el Imperio Romano, se fue instaurando en varios lugares una fiesta común para todos los santos. La idea era honrar a la gran cantidad de mártires que dejaron las persecuciones que sufrieron los cristianos, como la del emperador Dioceclano (284-305), también llamada la Gran Persecución.
Atendiendo a ciertos relatos, fue un 1 de noviembre del siglo VIII cuando el papa Gregorio III (731-741) dedicó una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de Todos los Santos. Esa fecha quedó fijada para conmemorar a los hombres y mujeres destacados en las diversas tradiciones religiosas por sus relaciones especiales con las divinidades o por una particular elevación ética.
Aunque en un principio esta celebración se limitaba a Roma, más tarde, en el año 837, el papa Gregorio IV ordenó la observancia oficial del Día de Todos los Santos cada 1 de noviembre y extendió su celebración a toda la Iglesia.
Según algunas teorías, la elección no fue al azar, pues iba encaminada a acabar con otra celebración pagana que coincidía en esta misma fecha.
Obligación para los fieles
Según Catholic Online, dentro de la Iglesia católica, el Día de Todos los Santos se considera generalmente un Día Santo de Obligación, lo que significa que todos los católicos deben asistir a misa a menos que estén impedidos por enfermedad u otra excusa adecuada.
Después de la Reforma Protestante, muchos de los grupos protestantes mantuvieron la celebración del Día de Todos los Santos. Los metodistas, por ejemplo, lo reconocen como un día para agradecer sinceramente a dios por las vidas y muertes de los santos, según Christianity.com.








