¿Qué propone la reforma laboral que impulsa Milei?

Los especialistas debaten acerca de los pro y los contra de los cambios que motoriza la Casa Rosada, especialmente respecto de la figura de los salarios dinámicos. La postura cegetista.

SALARIO MÍNIMO SALARIO MÍNIMO

Los empresarios demandan reformas estructurales para que la Argentina recupere competitividad. Una de ellas se refiere a los altos costos que genera tener una carga impositiva tan amplia como los casi 150 tributos y tasas que existen en el entramado impositivo argentino. Algo similar sucede con el sistema previsional, en el que la gestión del presidente Javier Milei también quiere aplicar cambios de fondo, con el fin de seguir reduciendo el déficit fiscal. El tercer pilar es la reforma laboral que, entre otras cuestiones, plantea que las remuneraciones se vinculen directamente con la productividad del trabajador. Es lo que, en los últimos días, se ha difundido como los “salarios dinámicos”.

El miércoles último, el secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, expuso algunos lineamientos de las modificaciones que se pretenden ejecutar en el marco del debate del proyecto de Presupuesto 2026. En ese ámbito resurgió la idea de cambiar la forma de remunerar el trabajo.

En resumidas cuentas, los salarios dinámicos son una figura que busca vincular la remuneración con la productividad y la situación económica de cada empresa, reemplazando el esquema tradicional donde los convenios colectivos fijan pisos salariales, explica Juan Martín Morando, socio de Legales de BDO Argentina. “Esta posible reforma laboral, busca que puedan lograrse acuerdos más flexibles a nivel empresa. El objetivo oficial es modernizar las relaciones laborales, reducir costos y fomentar empleo formal, desvinculando los aumentos automáticos por la inflación”, puntualiza el experto consultado por LA GACETA.

De acuerdo con la visión de Morando, la propuesta pareciera darse de patadas con el principio constitucional de igual remuneración por igual tarea contenido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, según el cual los trabajadores que realizan una idéntica actividad deben ser remunerados de idéntica forma. Sin embargo, advierte, el principio siempre ha chocado con realidades incontrastables: el hecho de que dos empresas pertenezcan a una misma actividad no necesariamente implica que su productividad sea idéntica. “Como ejemplo evidente, basta pensar en un kiosco de barrio y un supermercado que pertenece a una cadena internacional, cuyos trabajadores se encuentran representados por el Sindicato de Empleados de Comercio y amparados por la Convención Colectiva de Trabajo (CCT) 130/75”, expone el profesional.

Sin embargo, la iniciativa genera fuertes debates pero por diferentes motivos. Morando, al respecto, dice que las asociaciones sindicales consideran que implicaría una suerte de flexibilización encubierta, ya que debilita la negociación colectiva y traslada el riesgo económico al trabajador. “Al eliminar la actualización de los salarios por índice de inflación existe el riesgo de que se produzca la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores en un contexto de precios altos y constante depreciación del Peso y el aumento del Dólar. Además, la descentralización de las paritarias podría aumentar las desigualdades entre regiones y sectores, afectando la cohesión del sistema laboral argentino”, remarca el socio de Legales de BDO.

En síntesis, los salarios dinámicos presentan ventajas como mayor adaptabilidad y competitividad, pero también riesgos significativos para la protección de derechos laborales. El desafío, entonces, será encontrar un equilibrio que permita incentivar la productividad sin vulnerar los derechos de los trabajadores, que son, en definitiva, quienes vienen soportando sobre sus espaldas las consecuencias de la crisis, finaliza el especialista.

Impulso cíclico

La reforma laboral impulsada por la Casa Rosada encontró el rechazo de un sector de la CGT. “La pretendida Reforma Laboral que impulsa el Gobierno Nacional como solución a todos los males que acumula nuestro país en materia económica no es más que la ratificación del Decreto 70/23 en su capítulo laboral, decisión inconsulta y que fuera oportunamente rechazado por la CGT y judicializado con éxito por nuestra central sindical”, afirmó Gerardo Martínez, líder de la Uocra. “En las reuniones del Consejo de Mayo, la CGT, con argumentos y definiciones, expresó un contundente y categórico rechazo a cualquier intento de reforma laboral, mucho menos aquellos inspirados en el decreto 70/23″, añadió Martínez en un documento difundido el miércoles en el que expresa sus cuestionamientos. Luego de este párrafo, como para que no queden dudas de su posición, el sindicalista advirtió: “#BASTA!”.

En tanto, el especialista José Luis Ceteri, indicó que la reforma laboral no es nueva, sino que se trata de una propuesta que reaparece de manera cíclica en la agenda política argentina.

“Si vamos para atrás 30 años, siempre se promovieron reformas laborales, blanqueos y medidas de flexibilización. El año pasado, sin ir más lejos, hubo una reforma laboral no menor, porque se extendió el período de prueba de tres a seis meses”, recordó el especialista en una entrevista concedida a Cadena 3.

Respecto a la posibilidad de implementar un “salario dinámico” basado en la productividad, el analista observó contradicciones dentro del propio Gobierno. “Se ve cierta desprolijidad. Ahora se anuncia la diferenciación de sueldos según la productividad, pero el año pasado el mismo Gobierno derogó una exención en el Impuesto a las Ganancias que beneficiaba los bonos por productividad. Antes estaban exentos; hoy tributan. Doce meses después se intenta volver a incentivar el rendimiento. Son mensajes contradictorios”, advirtió.

“Pisos” y “techos”: los valores de referencia en convenios

Según borradores de la reforma laboral, los valores fijados en los convenios dejarían de ser “pisos” y pasarían a funcionar como “techos” de referencia. Los sindicatos la rechazan porque perderían la posibilidad de usar esos montos como el mínimo asegurado para todos los trabajadores encuadrados. Si prospera la reforma, cada empresa podría pactar sumas diferentes, siempre que no superen lo fijado colectivamente. El Gobierno pretende que las partes flexibilicen los mecanismos de revisión de ingresos, adaptándolos a cada sector.

Cruce de opiniones: las negociaciones colectivas

Los sindicatos advierten que introducir “techos” salariales en lugar de “pisos” representaría una pérdida de garantías para los empleados. Desde el Gobierno aseguran que el proyecto no implica eliminar la negociación colectiva, sino dotarla de mayor flexibilidad. La propuesta de salarios dinámicos incluye promover la competitividad. Pero los sindicatos manifestaron reparos por el riesgo de debilitamiento de la protección colectiva y la posible precarización de ciertas condiciones laborales.

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