

Cada 24 de octubre, la Iglesia católica celebra en su santoral la festividad de San Antonio María Claret, un sacerdote español cuya vida estuvo marcada por la misión, la enseñanza y la defensa de los más humildes. Además, en esta fecha se recuerda a otros santos y beatos que dedicaron su existencia al servicio de Dios y del prójimo.
Un santo con vocación textil y corazón misionero
Antonio María Claret nació el 23 de diciembre de 1807 en Sallent, un pequeño pueblo de Barcelona. De joven trabajó en el taller textil de su padre, pero su vocación religiosa pronto lo llevó a dejar los telares por el Evangelio. Fue ordenado sacerdote en 1835 y, años después, fundó la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos hoy como los claretianos.
Su vida fue un auténtico viaje apostólico. Predicó por toda España y América, y llegó a ser arzobispo de Santiago de Cuba, donde impulsó la educación, la prensa católica y la justicia social. Más tarde, se convirtió en confesor de la reina Isabel II de España, aunque esa cercanía al poder le valió persecuciones y destierro. Murió en 1870, en la abadía de Fontfroide, Francia.
San Antonio María Claret fue canonizado en 1950 y es recordado como patrono de los trabajadores textiles y de los educadores, dos mundos que marcaron profundamente su vida.
Otros santos que se conmemoran el 24 de octubre
Además de San Antonio María Claret, el santoral del 24 de octubre recuerda a figuras destacadas como:
Beato Luis Guanella, sacerdote italiano que fundó la Congregación de los Siervos de la Caridad, dedicada a los pobres y desamparados.
Beato José Baldo, fundador de las Pequeñas Hijas de San José, comprometido con el cuidado de los enfermos y ancianos.
San Aretas y compañeros mártires, víctimas de la persecución en Arabia durante el siglo VI.
San Proclo de Constantinopla, patriarca conocido por su defensa de la fe en tiempos de controversia.
Un legado que sigue vivo
La figura de San Antonio María Claret trasciende el tiempo y las fronteras. Su mensaje de compromiso social y educativo continúa inspirando a miles de personas, especialmente a los claretianos, presentes hoy en decenas de países con obras de evangelización, educación y ayuda humanitaria.
Celebrar el santoral del 24 de octubre es, más allá del calendario religioso, una oportunidad para recordar el valor de la entrega y la fe activa. Quienes lleven el nombre Antonio, Antonio María o Claret, encuentran hoy un motivo especial para festejar y renovar su compromiso con el bien común.







