Estalló el vestuario de Atlético Tucumán: deudas, reclamos y falta de diálogo con la dirigencia
El plantel decidió no concentrar antes del partido con San Lorenzo por una deuda en premios y encendió una crisis interna. Jugadores denuncian destrato, falta de comunicación y un quiebre en la relación con la Comisión Directiva.
La relación entre el plantel de Atlético Tucumán y la CD estaría rota. OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.
El clima en Atlético estalló. Lo que comenzó como una semana más de trabajo antes del duelo con San Lorenzo terminó derivando en una tormenta interna que expuso viejos problemas y nuevas fracturas. La decisión del plantel de no concentrar, motivada por una deuda en los premios correspondientes a los partidos contra Talleres, River y Platense, fue el punto de partida. Pero detrás del reclamo económico, lo que salió a la luz fue algo más profundo: malestar, desconfianza y una grieta creciente entre los futbolistas y la dirigencia.
Desde el propio corazón del plantel, una voz que pidió no ser identificada habló con LA GACETA y describió una situación que va más allá de los números. “Hay muchas cosas que se vienen acumulando. Los viáticos deportivos para la gente que trabaja con nosotros, por ejemplo, no están al día. Y eso genera malestar, porque son personas que también ponen el cuerpo todos los días”, explicó.
El futbolista agregó que la distancia entre el grupo y la Comisión Directiva es cada vez más grande. “No hay comunicación. Nadie baja a hablar con nosotros, nadie explica nada. Algunos sienten que hubo destrato, que se perdió el respeto. Y cuando se intentó hablar con el presidente, él dijo que no estaba al tanto de lo que pasaba. Eso nos descolocó”, describió.
Lo que hasta hace unas semanas era un murmullo en los pasillos del Monumental José Fierro, se transformó en un estallido público después de la derrota ante San Lorenzo. La tensión se mezcló con la bronca deportiva, y Leandro Díaz fue el encargado de ponerle voz a la incomodidad general.
En diálogo con ESPN, el delantero no se guardó nada. Dolido, habló como jugador, como hincha y como alguien que ya decidió su futuro inmediato. “Somos autocríticos de que no estamos jugando bien, de que no pudimos ganar, pero se vivió un ambiente difícil con todos en contra. Entendemos a la gente. Yo más, porque soy hincha y me crié en este club. Sé lo que pasa, sé que este dirigente, ‘Nacho’ (Ignacio Golobisky), nos salió a matar. Que cuente todo lo que pasa y toda la verdad. Esto no es por plata. No nos hace falta eso”, disparó.
Díaz, visiblemente afectado, detalló la secuencia de hechos que lo llevaron a tomar la decisión de dejar el club. “Vienen pasando muchas cosas este año. Yo estaba en Lanús en febrero, y ‘Bebe’ Acosta me llamó: ‘Vení, danos una mano, tenemos que salvarnos del descenso’. Y yo vine. Es verdad, cobro y me pagan, pero no puse ninguna condición. Vine y doy la cara. Los de arriba nunca la dan”, señaló.
El atacante fue más allá. “A los médicos les prometen cosas y no las cumplen; a los empleados, tampoco; a los chicos que vienen de otros clubes, lo mismo. Es muy difícil cuando no ves un dirigente en el club. Yo estoy hace un par de meses, y lo que nos hicieron está mal. Cuando vamos a jugar contra River o Boca, todos se pelean por ir ahí. No me interesa qué pase después. Si hubiese sido por plata, me quedaba en Lanús. Mi último partido será con Godoy Cruz. Mi sueño era retirarme con esta camiseta, pero no se podrá. Estoy triste. Espero que la gente me entienda”.
Sus palabras fueron una bomba. No sólo por el fondo del mensaje, sino por quién lo pronunció: uno de los futbolistas más queridos por los hinchas, que regresó al club en un momento delicado y ahora se va desencantado
La respuesta de Leito
A la salida del estadio, el presidente Mario Leito intentó bajar la temperatura y ofrecer una explicación institucional. En diálogo con los medios, reconoció los atrasos, pero pidió comprensión y apuntó al contexto nacional.
“Hoy teníamos que ganar, y si se lograba, se garantizaba nuestra presencia en el próximo torneo. La situación económica del país es muy mala. Nosotros no tenemos un problema económico, sino financiero. Hay créditos que no podemos cobrar. No podemos cobrar la plata de la venta de (Tomás) Cuello en Brasil, ni la que nos debe Independiente por (Ignacio) Maestro Puch, y hay algunos sponsors que tampoco pueden cumplir. Esas sumas son importantes y reales”, explicó.
Leito reconoció también la deuda con el plantel. “Estamos debiendo premios, sí. Son los de Platense, Talleres y River. Es poca plata, pero es verdad”, señaló.
El dirigente intentó llevar calma. “Tenemos que ponerle paños fríos a la situación. Vamos a volver al plantel, acompañarlos. Es bastante complicado. Entiendo a ‘Bebe’, porque acabamos de perder, y soy el responsable de todo esto. Tenemos que reponernos y yo hablaré con él”, explicó.
Lo que se viene
La crisis, sin embargo, parece haber abierto una herida más grande que la que puede curar una victoria o un pago atrasado. Dentro del grupo se percibe desgaste y decepción. Ambas partes esperan una reunión directa con la dirigencia para aclarar los conflictos y evitar que el malestar se traslade al campo de juego.
En medio del desconcierto, una figura se erige como clave para calmar las aguas: Guillermo “Bebe” Acosta. El capitán, quien fue mencionado por Díaz como el responsable de su regreso, prometió que cuando el plantel retome las prácticas explicará públicamente qué fue lo que pasó durante todo este tiempo. Su palabra, como referente histórico del grupo, puede marcar el tono de lo que vendrá.
Mientras tanto, el hincha asiste a la crisis con mezcla de bronca y tristeza. Atlético, que supo construir una de las localías más fuertes del fútbol argentino, atraviesa una tormenta que no se juega dentro del campo, sino puertas adentro.






