ENTRENAMIENTO. "DJ" Alicea escucha atentamente las indicaciones de Fabricio Espósito, el entrenador de Estudiantes.
La historia de Duran “DJ” Alicea parece escrita con la tinta del esfuerzo cotidiano y los sueños que cruzan fronteras. Nacido en Nueva Jersey, en donde el básquet es tan competitivo como invisible para los grandes reflectores, creció con la pelota naranja como único idioma universal. Hoy, ese lenguaje lo trae hasta Tucumán, en donde defenderá la camiseta de Estudiantes en la próxima Liga Argentina. Será su primera experiencia fuera de Estados Unidos, y será también la primera vez que deberá adaptarse a un mundo nuevo sin poder apoyarse en su idioma nativo.
“Venir a Argentina es una verdadera bendición”, asegura con la serenidad de quien sabe que está dando un paso decisivo en su carrera. Su vínculo con el básquet comenzó en la infancia, cuando asistía al campamento de verano Vincent Robinson, un espacio que lo marcó para siempre
Raíces en Nueva Jersey
“DJ” empezó a jugar al baloncesto cuando tenía apenas cinco años. Su padre había probado suerte en la secundaria, pero nunca llegó a niveles competitivos. Él decidió ir más allá. Fue el primero de su familia en tomarse el básquet en serio, y hoy sus dos hermanos menores también lo siguen. “Me enamoré del esfuerzo, de tirar a la canasta todos los días, de driblar todos los días, de intentar mejorar un uno por ciento cada día”, explica. Esa constancia es su motor, el combustible con el que construyó una identidad de escolta versátil, capaz de anotar, asistir y defender con la misma intensidad.
Su formación fue una mezcla de institutos escolares y ligas juveniles. Recién en séptimo grado comenzó a competir en la AAU (Amateur Athletic Union) con los NJ Bulldogs, el equipo que le abrió las puertas del baloncesto de alto nivel. En la secundaria, con Jonathan Dayton High School, se convirtió en la máxima anotadora de todos los tiempos, un récord que todavía lo llena de orgullo.
De la NCAA a Tucumán: el camino de "DJ" Alicea
DJ Alicea llega a Estudiantes tras su paso por la NCAA División II, donde defendió la camiseta de los Kean Cougars. En la última temporada, donde jugó los últimos tres años, dejó números que hablan por sí solos: 16,3 puntos; 4,8 rebotes y 2,5 asistencias por partido en su última temporada. Un escolta con capacidad para anotar en tres niveles, pero también con la energía suficiente para impactar en defensa y hacer jugar a sus compañeros.
“Me gusta defender, tirar triples, moverme sin el balón, llegar al aro. Puedo hacer un poco de todo”, resume. Esa polivalencia es lo que convenció a Estudiantes de apostar por su talento. La “Cebra”, que afrontará una nueva temporada en la Liga Argentina, encontró en él a un jugador con hambre de crecimiento y con la capacidad de aportar frescura en un torneo que cada año se vuelve más exigente.
Aunque “DJ” nació y vivió toda su vida en Estados Unidos, lleva en la sangre un vínculo latino. Su abuelo paterno era de Bayamón, Puerto Rico, y aunque falleció hace unos años, dejó en él una raíz cultural que Alicea quiere redescubrir.
“Nunca aprendí español, nadie en mi familia lo habla, pero me encantaría conectar con esa parte de mi herencia”, confiesa. En Tucumán tendrá la oportunidad de empezar a hacerlo, rodeado de un idioma nuevo y de una comunidad que lo adoptará como uno más.
Ese lazo con Puerto Rico, aunque distante, lo acompaña como una señal de pertenencia y como una invitación a explorar. “Tengo muchas ganas de aprender español”, insiste. El desafío no es menor: el idioma, la distancia con su hogar y el cambio cultural serán parte de la adaptación, tanto como la intensidad de los entrenamientos o la exigencia de la competencia.
Su llegada a Argentina tiene también una historia de amistad detrás. Isaiah Lewis, jugador de Little Rock Trojans y amigo suyo, lo recomendó a la agencia que hoy lo representa. Lewis había jugado en Sudamérica y conocía bien el terreno. Fue él quien lo animó a dar el salto. “Prácticamente es la razón por la que estoy aquí”, reconoce “DJ”.
El viaje se siente como un sueño hecho realidad. Después de jugar por torneos universitarios, Alicea sabe que este es el paso que siempre estuvo esperando. “Estoy muy emocionado de ver cómo se compara mi talento con jugar a un nivel superior. He jugado baloncesto prácticamente toda mi vida, así que esto es prácticamente un sueño”, dice.
Un lugar desconocido
Alicea todavía no conoce Tucumán, pero las referencias que recibió son suficientes para despertar su ilusión. “He oído que es un lugar muy bonito, con parques, buena comida y gente agradable”, repite. No oculta la ansiedad por probar la gastronomía local, por sumergirse en una ciudad que respira básquet desde hace décadas y que en Estudiantes encontró una bandera para la competencia nacional.
La adaptación será un proceso, pero en el club lo esperan con los brazos abiertos. Estudiantes ya tiene experiencia en recibir extranjeros y en integrarlos a su estructura. Ahora, con “DJ”, suma un escolta joven, enérgico y con una enorme proyección.
Un refuerzo con futuro
La llegada de Duran “DJ” Alicea no es sólo un refuerzo deportivo: también es una apuesta cultural. El básquet argentino se nutre cada vez más de jugadores con distintas procedencias, que aportan diversidad al juego y enriquecen las dinámicas de los equipos. En ese sentido, Estudiantes suma un perfil que puede contagiar disciplina, intensidad y, sobre todo, frescura.
En la cancha, “DJ” será un escolta con capacidad de anotar, defender y generar opciones en el perímetro. Fuera de ella, representará la historia de un joven que dejó Nueva Jersey para buscar un futuro mejor en Tucumán. Y en ese cruce de culturas y estilos, quizá encuentre el lugar perfecto para seguir creciendo.
“Estoy emocionado por ponerme a trabajar”, concluye. Con esa frase simple, “DJ” Alicea comienza su aventura en Argentina. Una aventura que Estudiantes de Tucumán espera que se convierta en historia dentro de la Liga Argentina.






