La cáscara de la mandarina frecuentemente termina desechada cuando las personas consumen esta fruta, sin saber su potencial en el hogar. Lo que pocos conocen es que este elemento orgánico posee diversos usos domésticos, particularmente si se procesa junto al bicarbonato de sodio. El propósito de licuar cáscara de mandarina y bicarbonato es aprovechar sus beneficios y su utilidad en la limpieza.
Esta mezcla natural aprovecha las propiedades de ambos ingredientes para diversas tareas de mantenimiento. El poder desengrasante y el perfume cítrico de la fruta se unen a la capacidad del bicarbonato para anular malos olores. Adicionalmente, esta combinación simple permite eliminar manchas suaves de manera efectiva.
El potencial de limpieza y aroma natural
Esta mezcla sirve como un excelente desodorizante natural para espacios cerrados. El perfume intenso de la fruta fresca resulta ideal para dejar un olor agradable en distintos rincones. Su uso es recomendado para dejar con aroma fresco la heladera o los cajones.
La pasta resultante del proceso de licuado facilita la limpieza de diversos elementos de la cocina. Es posible usarla para frotar mesadas, tablas de madera y recipientes. Esto ayuda a eliminar restos pegados y ciertas manchas presentes en esas superficies.
Diluida con agua, esta preparación también sirve para higienizar las hojas de las plantas de interior. Aplicar la mezcla las deja brillantes, libres de suciedad y polvo acumulado. El aroma cítrico ayuda a ahuyentar algunas plagas habituales en el jardín o dentro de la casa.
Cómo preparar esta mezcla de mandarina y bicarbonato
Para preparar la mezcla, primero se debe lavar bien la cáscara de mandarina para quitar cualquier residuo de pesticida o suciedad. Posteriormente, es necesario cortar la cáscara en trozos pequeños e introducirlos en la licuadora con un poco de agua. Se agregan una o dos cucharadas de bicarbonato y se licúa hasta conseguir una pasta homogénea. La mezcla se utiliza al momento para la limpieza o se coloca en pequeños recipientes si el objetivo es un desodorante natural.
Aunque este truco es útil para labores ligeras de aseo, su eficacia disminuye ante la suciedad difícil. La mezcla no elimina grasa muy pegada, moho o manchas complejas tan bien como un producto químico especializado. Se debe tener precaución al aplicarla sobre superficies delicadas, como el mármol o la madera barnizada, debido a que el bicarbonato puede ser abrasivo. Por ello, se recomienda probar la pasta primero en una pequeña esquina.








