
Ni hielo, ni antiinflamatorios: ¿cómo se debe actuar frente a un esguince de tobillo? (Foto: fisiodomiciliomadrid.com)

Las lesiones de tobillo son increíblemente comunes, no solo en deportistas, sino también en el día a día, un simple tropiezo puede derivar en un esguince. ¿Qué hacer entonces? Las recomendaciones tradicionales están cambiando.
Durante años, el protocolo "ICE" (hielo, compresión y elevación) fue el mantra para tratar esguinces. Sin embargo, la evidencia reciente cuestiona la efectividad de algunas de estas prácticas, especialmente el uso rutinario de hielo.
La idea del hielo es simple: reducir el dolor. Y sí, tiene un efecto analgésico. El problema es que su aplicación prolongada puede restringir demasiado el flujo sanguíneo, esencial para la inflamación, un proceso necesario para la curación de los tejidos. Aplicaciones cortas de hielo (10 minutos) pueden ser útiles para el dolor, pero no abuses.
Al igual que el hielo, los antiinflamatorios pueden interferir con la inflamación necesaria para la reparación del tejido. Consulta con un médico o fisioterapeuta antes de tomarlos, especialmente de forma prolongada.
Lo que sí funciona
Elevar la pierna por encima del nivel del corazón es clave para reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo. No basta con sentarse con la pierna estirada; eleva la extremidad al menos 30 cm por encima del corazón, especialmente durante los primeros dos días.
Un vendaje compresivo (elástico y ajustado, pero no doloroso) ayuda a controlar el edema, mejora la circulación y evita movimientos innecesarios del tobillo.
El reposo absoluto prolongado puede ser contraproducente. En lugar de inmovilizar completamente el tobillo, apuesta por suaves movimientos realizados por un fisioterapeuta.
Después de una semana, considera ejercicios de bajo impacto como la bicicleta estática (sin cargar todo el peso sobre el tobillo).







