A nuestro planeta le falta un pedazo: “el robo” geológico que hizo que un tercio de la corteza desaparezca

Investigando la superficie de la Tierra, los científicos se dieron con que falta una parte de su historia.

El hielo se une a las rocas en la Península Antártica en una imagen tomada por la Operación Icebridge de la NASA en octubre de 2017. Millones de años atrás, todo el planeta podría haberse parecido a esta escena polar durante una fase llamada Glaciación Global. El hielo se une a las rocas en la Península Antártica en una imagen tomada por la Operación Icebridge de la NASA en octubre de 2017. Millones de años atrás, todo el planeta podría haberse parecido a esta escena polar durante una fase llamada Glaciación Global. Mario Tama, Getty Images, Nat Geo.
04 Octubre 2025

El Gran Cañón, con sus imponentes capas rocosas, es una biblioteca inmensa que narra la historia geológica de nuestro planeta. Sin embargo, si uno mira de cerca, hay algo que falta: una gigantesca capa de roca que representa un período asombroso de entre 250 millones y 1200 millones de años. Esta ausencia, conocida por los geocientíficos como la Gran Discordancia, no es un fenómeno local; esta brecha temporal se extiende por distintos lugares del mundo.

Debajo de las rocas sedimentarias repletas de fósiles del período Cámbrico, hace unos 540 millones de años, encontramos directamente rocas cristalinas que se formaron mil millones de años atrás o más. Surge la pregunta crucial: ¿Hacia dónde fueron a parar todas las rocas que pertenecen a los períodos de tiempo intermedios?

La causa del gran "robo" geológico

Un equipo internacional de geocientíficos tiene una respuesta elegante, y también provocadora: el "robo" geológico fue obra de la Glaciación Global. Este es un período supuesto en el que gran parte, si no la totalidad, del planeta pudo haber quedado cubierta por hielo. Los autores estiman que, en el transcurso de esos aproximadamente mil millones de años, hasta un tercio de la corteza de la Tierra fue tomada por los glaciares de esta Glaciación Global y su inmensa capacidad erosiva.

De esta forma, la Tierra enterró las pruebas de aproximadamente un quinto de su historia geológica, según detalla el equipo en Proceedings of the National Academy of Sciences. El sedimento resultante fue arrojado a los océanos, donde luego fue absorbido en el manto terrestre por las placas tectónicas. El líder del estudio, C. Brenhin Keller, colega de doctorado del centro Berkeley Geochronology Center, admite que la afirmación es insólita, pero sostiene: "Sin embargo, creo que tenemos pruebas extraordinarias para justificar esa insólita afirmación".

Los mensajes cifrados en los minerales

Para resolver este enigma, los científicos se apoyaron en pequeñas cápsulas del tiempo geológico: los circones. Estos son minerales extraordinariamente resistentes que contienen isótopos radioactivos, como los de uranio y hafnio, que actúan como "almacenadores de información" sobre cómo era la Tierra cuando se cristalizaron.

Mediante el análisis de esta "cornucopia de circones", Keller y su equipo descifraron la evolución de la corteza a lo largo de 4400 millones de años. Observaron un enorme cambio geoquímico que coincidió con el supuesto inicio de la Glaciación Global. Este cambio solo puede explicarse si una gran porción de la corteza terrestre se estaba reciclando en nuevos reservorios de magma. Los isótopos de oxígeno confirmaron que la erosión se aplicó a la parte superior de la corteza, la que estaba en contacto con el agua y el hielo, reduciéndola en un promedio de 3.05 a 5 km de profundidad.

Un evento erosivo descomunal

Las pruebas geoquímicas de Keller no están solas. El coautor del estudio, Bill Bottke, científico planetario, señala otra pieza del rompecabezas: "alrededor de 600 a 700 millones de años atrás, la Tierra pierde sus cráteres". La explicación más sencilla de por qué no tenemos más cráteres antiguos es un evento erosivo descomunal. Bottke recuerda que, a diferencia de otros mundos, "la Tierra hace un muy buen trabajo al eliminar los rastros de su pasado".

Además, el profesor adjunto Thomas Gernon señala que el gran repunte en los índices de sedimentación al inicio del período Cámbrico, con sus nuevas capas de roca, solo fue posible porque hubo grandes niveles de erosión previa. Pese a algunas brechas que aún se analizan, el profesor emérito de geociencias Ian Fairchild, quien no participó en la investigación, considera que la narrativa del estudio es "muy creíble", y sus argumentos son "bastante ingeniosos".

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