Los Simpsons 2: luego de 20 años llega la segunda película de la familia amarilla

En medio de esto también hubo una película, la novedad en esta ocasión es que saldrá una segunda película de la familia más icónica de Springfield.

Los Simpsons 2: luego de 20 años llega la segunda película de la familia amarilla
30 Septiembre 2025

La familia de Los Simpsons acompañó de manera particular a miles de personas a lo largo de las décadas con sus capítulos. En medio de esto también hubo una película, la novedad en esta ocasión es que saldrá una segunda película de la familia más icónica de Springfield.

En un póster con una mano amarilla de cuatro dedos levantando una dona con glaseado rosas, se anunció esta nueva entrega luego de 20 años de aventuras. Ahora Disney y  20th Century Studios son los encargados de esta producción audiovisual, con fecha tentativa para julio de 2027.

Qué se sabe de la nueva película de Los Simpsons

La secuela fue ubicada en un estreno de verano dentro del calendario de Disney y, según trascendió, ocupará el lugar de una producción de Marvel. La decisión refleja la confianza en el atractivo de Springfield para reunir tanto a los fanáticos históricos como a nuevas generaciones. Al mismo tiempo, la serie continúa activa con su temporada número 37 y un extenso catálogo en Disney+, lo que asegura visibilidad y renueva constantemente a su audiencia.

El anuncio encuentra a la franquicia en un momento de madurez, pero con la capacidad de adaptarse a los cambios culturales desde 2007 hasta hoy. El showrunner Matt Selman insiste en que la fuerza de Los Simpson no está en la repetición de chistes, sino en la autenticidad de sus personajes. Bajo esa premisa, el salto al cine refuerza la idea de que la sátira funciona mejor cuando parte de su núcleo más humano.

Primera película de Los Simpsons

La primera película estrenada en 2007 mostró a la familia Simpson en una aventura de escala épica: una crisis ambiental que encerró a Springfield bajo una cúpula y obligó a Homero a atravesar un camino de redención personal. Esa apuesta de trasladar la sátira cotidiana al nivel de un desastre colectivo fue lo que dio sentido a su salto al cine. El cierre devolvió el equilibrio a la ciudad, aunque dejó entreabierta la posibilidad de un conflicto aún mayor.

Más allá de la trama, el verdadero atractivo estuvo en el tono elegido. La Agencia de Protección Ambiental convertida en villano burocrático, un presidente parodia de Schwarzenegger que firmaba sin leer, y las caricaturas de religión y familia combinaron la ternura con la irreverencia. Fue Springfield en su esencia, pero proyectado en un formato de gran espectáculo.

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