Este lunes 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón, fecha que subraya la importancia de la prevención cardiovascular en todas las etapas de la vida. En este contexto, EFEsalud recopiló datos y consejos del presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), Andrés Íñiguez, sobre el cuidado de este órgano vital. Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en todo el mundo, sumando más de 20,5 millones de fallecimientos cada año.
Las dolencias suponen el 26.1% de las defunciones totales, una cifra que se posiciona muy cerca de la mortalidad causada por los tumores. Los expertos enfatizan que promover la salud cardiovascular y prevenir estas enfermedades no es una tarea que se plantea solo en la edad adulta, sino que comienza mucho antes.
Cómo cuidar el corazón en la infancia
Cuidar el corazón en los primeros años de vida requiere fomentar el ejercicio físico, dado que aporta beneficios múltiples. Esta actividad ayuda a controlar la tensión arterial, el colesterol y la diabetes, además de fortalecer huesos, músculos y la respuesta inmunitaria. La recomendación indica que los niños realicen una mezcla de ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, incluyendo actividades de fuerza que contribuyan a mejorar su musculatura y flexibilidad. El parque puede ser suficiente para este tipo de ejercicios, aunque las actividades extraescolares también suponen una gran ayuda.
El sedentarismo, junto con la promoción de comida que no resulta cardiosaludable, induce el sobrepeso y la obesidad infantil. Una alimentación sana, variada y sostenible desde la infancia constituye la base para una vida saludable y previene enfermedades en la edad adulta. La mitad de lo que comen diariamente deberían ser frutas y verduras, complementando la dieta con cereales integrales, legumbres, frutos secos y proteínas animales de alta calidad. Se deben evitar los productos ultraprocesados y las bebidas azucaradas o edulcoradas; el agua es la mejor opción para beber.
Cómo cuidar el corazón en la adolescencia
Durante la adolescencia, las pautas para cuidar el corazón no presentan tantas diferencias con respecto a la edad adulta. El 80% de los eventos cardiovasculares prematuros se pueden evitar si se adoptan hábitos de vida saludables.
Esto incluye mantener una alimentación adecuada, realizar ejercicio y evitar tóxicos fundamentales como el alcohol y el tabaco. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere en esta etapa realizar 60 minutos de actividad física diaria. Si la actividad física continúa durante la adolescencia, el individuo llega a la adultez con una mejor forma y una mayor capacidad para ejercitarse.
Cómo cuidar el corazón en la vida adulta y la menopausia
Para los adultos, el cardiólogo de la FEC recuerda que la OMS recomienda entre 150 y 300 minutos de ejercicio semanal. Si uno camina a buen paso todos los días, coge una buena forma física y obtiene un beneficio muy bueno a corto plazo. No resulta aconsejable a ninguna edad, especialmente al cumplir años, comenzar a realizar deportes sin el entrenamiento y el acondicionamiento adecuado.
En la etapa adulta se debe poner atención especial a la mujer y la menopausia. La disminución de estrógenos en esta fase elimina un escudo hormonal que protegía contra patologías cardiovasculares durante la edad fértil. El ejercicio y la alimentación saludable son cruciales; el ejercicio es una buena forma de predecir la sarcopenia y fortalece los músculos a partir de los 50 años.
A partir de los 55 años en hombres y 60 años en mujeres, la edad misma se convierte en un factor de riesgo cardiovascular. La FEC establece cuatro pautas básicas para esta etapa: controlar la presión arterial y realizar al menos una vez al año un análisis general. Se debe seguir un estilo de vida cardiosaludable, que implica ejercicio físico aeróbico moderado de tres a cinco veces por semana, y evitar el tabaco y el consumo de alcohol.








