Christian Brueckner, principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann Clarín
A menos de una semana de recuperar la libertad, Christian Brueckner, el principal sospechoso por la desaparición de Madeleine McCann, volvió a quedar en el centro de la escena. El hombre de 49 años, que desde 2020 está vinculado a la causa, había mantenido silencio ante la policía durante años, pero ahora se mostró mucho más locuaz con un comerciante en Alemania, a quien aseguró tener información capaz de “poner fin al escándalo del siglo”.
El episodio se produjo en una tienda de telefonía, donde Brueckner gastó unos 120 dólares en un celular Xiaomi y una tarjeta SIM. Pasó más de una hora y media en el local configurando el dispositivo y su cuenta de WhatsApp. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad.
Durante ese tiempo, el sospechoso habló con el encargado, Farouk Salah-Brahmin, y dejó entrever que posee pruebas relacionadas con el caso McCann. “No sé si es el caso McCann, pero dijo que tenía pruebas que podían terminar con el escándalo del siglo. Que podía aportar su propia solución y que tenía algo sobre unos pendrives”, relató el comerciante al diario británico The Sun.
Según Salah-Brahmin, Brueckner insinuó que podía acabar con las acusaciones en su contra y que lo que tenía para decir estaba directamente ligado a la desaparición de la niña británica.
“Estoy bajo control”
El alemán había sido liberado la semana pasada tras cumplir condena por la violación de una mujer de 72 años en la misma zona de Portugal donde la familia McCann vacacionaba en 2007. En medio de la conversación con el comerciante, Brueckner mostró su tobillera electrónica y se rió: “Mirá, estoy bajo control”.
Nuevas pruebas en el caso de Madeleine McCann.
Salah-Brahmin aseguró que fue la primera persona con la que el ex convicto mantuvo una charla extensa desde su salida de prisión: “Me dio miedo. Es un tipo peligroso y tuve que mantener la distancia”.
Brueckner, además, se presentó como víctima de una gran injusticia. Negó los delitos por los que fue condenado y señaló que las pruebas que lo incriminan son inconsistentes: “Me dijo que encontraron su ADN en la cama de una víctima, pero que también había otros 14 ADN. Que no era él. Que todo lo que se dice de él es inventado”.
Amenazas y un silencio inquietante
Lo más alarmante fue cuando el sospechoso afirmó que su vida corre peligro por la “información especial” que maneja. Según el comerciante, Brueckner habló de personas que quieren “hacerlo desaparecer” y dejó entrever la existencia de una red más grande detrás del caso.
“Lo raro fue que reconoció saber mucho más de lo que le dijo a la policía. ¿Por qué no lo cuenta?”, se preguntó Salah-Brahmin, sorprendido también por la repentina presencia del alemán en su ciudad.
Un caso abierto que sigue sacudiendo al mundo
Madeleine McCann desapareció en mayo de 2007 de la habitación del hotel donde vacacionaba con sus padres en Praia da Luz, Portugal, mientras ellos cenaban en un restaurante cercano.
Desde entonces, el caso se convirtió en uno de los mayores misterios criminales de las últimas décadas, con repercusión internacional. Brueckner continúa siendo el principal sospechoso, aunque aún no existen pruebas concluyentes que permitan cerrar la investigación.
Hoy, en libertad vigilada, sus declaraciones mantienen viva la expectativa sobre un caso que, dieciocho años después, sigue sin respuestas y conmueve a la opinión pública global.







