

El ojo seco se ha convertido en una preocupación creciente en la salud ocular. El doctor Próspero Ángel Palazzo, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Nicolás Avellaneda, explicó que esta condición puede presentarse de manera pasajera o evolucionar hacia un síndrome crónico con graves consecuencias para los ojos.
“El ojo seco lo podemos dividir en dos grandes grupos, en algunos casos es un síntoma pasajero relacionado con el uso de pantallas, el aire acondicionado, los lentes de contacto o ciertos medicamentos como ansiolíticos y antidepresivos. En esas situaciones suele tratarse con gotas lubricantes”, detalló Palazzo.
Sin embargo, advirtió que existe un tipo más grave, conocido como "Síndrome de Ojo Seco", en el cual la producción de lágrimas es muy baja o nula, generalmente por enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea o el síndrome de Sjögren. “En el caso de estos pacientes no hay lágrimas y pueden aparecer daños en la córnea y la conjuntiva. Allí el tratamiento es distinto, con drogas específicas y dispositivos que solo maneja el oftalmólogo”, aclaró.
Respecto al uso de las gotas lubricantes de venta libre, Palazzo recomendó siempre la consulta médica, ya que pueden ser útiles en casos leves únicamente si no contienen corticoides. “Hoy en día muchísima gente tiene ardor ocular, sobre todo en esta época del año, y puede recurrir a gotas sin corticoides. No es lo ideal, pero no le hará daño. Lo mejor sigue siendo la consulta médica”, concluyó.







