Fondo Monetario Internacional
Aunque la deuda total a nivel global se mantuvo prácticamente estable durante el último año, continúa en valores históricamente elevados: supera el 235% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, según la última actualización de la Base de Datos de Deuda Global del Fondo Monetario Internacional (FMI). A modo de referencia, en la previa a la pandemia ese porcentaje era del 230%, mientras que en 2020, en pleno impacto del covid-19, llegó al récord del 258%.
Los datos más recientes muestran una tendencia divergente entre el endeudamiento público y privado. Mientras la deuda privada cayó a menos del 143% del PBI -su nivel más bajo desde 2015-, la deuda pública creció hasta acercarse al 93% del PBI global. Este comportamiento refleja, por un lado, una reducción en los pasivos de los hogares y una relativa estabilidad en la deuda corporativa no financiera, y por el otro, un aumento sostenido del endeudamiento estatal.
En términos absolutos, la deuda total se incrementó levemente hasta alcanzar los U$S251 billones. Dentro de ese total, la deuda pública ascendió a U$S99,2 billones, mientras que la deuda privada se redujo a U$S151,8 billones, según detalló el organismo en una publicación en su blog institucional.
Los economistas del FMI Vitor Gaspar, Carlos Eduardo Gonçalves y Marcos Poplawski-Ribeiro destacaron que, detrás de los promedios globales, hay realidades muy dispares entre países y grupos de ingresos. Estados Unidos y China continúan siendo actores clave en la dinámica de la deuda mundial. En el caso estadounidense, la deuda pública aumentó al 121% del PBI, mientras que en China alcanzó el 88%. Sin embargo, excluyendo a estas dos potencias, se observaron caídas significativas en otras economías avanzadas, como Japón, Grecia y Portugal, lo que llevó el promedio de ese grupo al 110%.
En los mercados emergentes y países en desarrollo, excluyendo a China, la deuda pública también mostró una tendencia descendente, ubicándose en torno al 56% del PBI. Argentina, por su parte, registró una deuda pública del gobierno central superior al 85% del PBI en 2023, aunque no se dispone de información oficial sobre la deuda privada.
En cuanto al endeudamiento del sector privado, también se observaron diferencias significativas. Mientras que Estados Unidos registró una baja de 4,5 puntos porcentuales, alcanzando el 143% del PBI, China mostró un aumento de seis puntos, llevando la deuda privada al 206%. En otros mercados emergentes, la dinámica fue mixta: creció en países como Brasil, India y México, pero disminuyó en Chile, Colombia y Tailandia, consignó el diario "Ámbito".
El FMI atribuye el aumento de la deuda pública al persistente déficit fiscal global, que ronda el 5% del PBI. Este déficit sigue reflejando los efectos de la pandemia, incluidos subsidios y prestaciones sociales, así como el aumento del costo de la deuda por los intereses. En paralelo, la caída de la deuda privada responde a múltiples factores: desde la cautela de las empresas ante perspectivas de crecimiento moderado, hasta un posible efecto de desplazamiento por parte del Estado, que con su alto nivel de endeudamiento podría estar limitando el acceso al crédito del sector privado.
En el caso de China, el aumento de la deuda privada se concentró en el sector corporativo no financiero, impulsado por una oferta crediticia todavía amplia, en contraste con la leve caída en el endeudamiento de los hogares, afectado por la baja demanda de hipotecas y la incertidumbre laboral.
En otras economías emergentes, los factores que explican el comportamiento de la deuda privada varían: en Brasil influyen las altas tasas de interés y el aumento de la morosidad, en India se vincula a mejores expectativas de crecimiento, y en Colombia o Tailandia, la baja se asocia con un menor dinamismo económico.
Para los países de bajos ingresos, el FMI señala que la evolución de la deuda refleja también factores estructurales, como la limitada profundidad de sus sistemas financieros, condiciones restrictivas de liquidez y un marcado vínculo entre el endeudamiento soberano y el privado.
Ante este escenario, el Fondo recomienda a los gobiernos priorizar ajustes fiscales graduales dentro de planes creíbles a mediano plazo, con el objetivo de reducir la deuda pública sin obstaculizar la inversión del sector privado. Al mismo tiempo, señala que crear un entorno económico más estable y previsible es clave para mejorar las perspectivas de crecimiento y aliviar las presiones sobre el endeudamiento.






