AUSENCIAS. Bolsonaro y el resto de los acusados no comparecieron ante el tribunal en Brasilia, que delibera en audiencias públicas hasta mañana.
BRASILIA, Brasil.- La corte suprema de Brasil que juzga al ex presidente Jair Bolsonaro se acerca a una definición sobre una posible condena a prisión, en un juicio histórico que Donald Trump busca influenciar con sanciones al país.
El líder de la derecha y la ultraderecha brasileñas, de 70 años, se expone a una pena de más de 40 años de cárcel acusado de haber conspirado para tratar de aferrarse al poder tras su derrota en las elecciones de 2022 frente al izquierdista Luiz Inácio “Lula” da Silva. Basta una mayoría simple de tres votos sobre cinco para una condena o absolución.
No es una tarea sin tropiezos. Las dos primeras jornadas contaron con el voto de dos jueces que pidieron la prisión para el ex mandatario. Ayer se escuchó la voz de uno de los cinco jueces, que participan de un debate que es público y que debe resolverse hasta mañana.
Luiz Fux es el tercero de los cinco jueces que debe votar por una condena o absolución al ex mandatario, acusado junto a siete ex colaboradores de haber conspirado para aferrarse al poder en 2022, tras perder las elecciones contra el presidente Lula.
Bolsonaro, de 70 años y en arresto domiciliario, puede enfrentar una pena de más de 40 años de cárcel. Hasta ayer, el marcador era de 2 votos a 0 a favor de una condena.
Para ser condenado o absuelto, es necesaria una mayoría simple de tres votos, aunque el veredicto y una eventual pena no serán formalmente adoptados hasta que todos los jueces se hayan pronunciado.
Al iniciar la exposición de su voto, Fux dijo que “no compete al supremo realizar un juicio político” y defendió la “incompetencia absoluta” del tribunal para juzgar a un ex presidente, estimando que el caso debería ser examinado en otra instancia inferior.
También criticó que se presentara “de forma tardía un verdadero tsunami de datos sin identificación suficiente”, al aludir a críticas de la defensa que sostiene que recibió muchas supuestas pruebas con poco tiempo para analizarlas.
Sus críticas al procedimiento no apuntaron a la culpabilidad o inocencia del acusado, y no permiten anticipar cuál será su voto.
Hasta ayer, habían votado dos jueces, entre ellos Alexandre de Moraes, blanco del presunto plan de asesinato que, según la fiscalía, era parte del plan golpista.
El magistrado votó por condenar a los ocho coacusados e incluyó una imputación específica para Bolsonaro: la de “liderar” una organización criminal para dar un golpe de Estado, que no se concretó por falta de apoyo de la cúpula militar. “Brasil casi volvió a una dictadura”, dijo.
Tensiones por arriba
El juicio ha tensado la relación entre las autoridades brasileñas y Washington. Trump impuso aranceles punitivos de 50% a productos brasileños bajo el argumento de que existe una “caza de brujas” contra Bolsonaro.
Su gobierno también aplicó sanciones contra altos funcionarios, incluido Moraes.
“¿Alguien cree que Mickey (Mouse) va a cambiar un juicio en la corte suprema?”, ironizó el martes el segundo juez en votar y ex ministro de Lula, Flávio Dino, en alusión a Estados Unidos.
Brasilia denunció nuevas amenazas de Washington. La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que Trump “no teme usar el poder económico y militar de Estados Unidos para proteger la libertad de expresión en el mundo”, ante una pregunta sobre posibles nuevas sanciones contra Brasil y otros países.
El gobierno de Lula condena las “amenazas de uso de la fuerza” contra su país y los poderes públicos “no se intimidarán por cualquier forma de atentado” a su soberanía, dijo en una nota.
“Remedio amargo”
“Hincho por la amnistía a Bolsonaro”, dijo Marisa Almeida, una concejal de 31 años de Pará (norte) que viajó en su cumpleaños a Brasilia para una vigilia nocturna por el ex presidente.
Mientras se acerca el veredicto, la derecha presiona en el Congreso por una amnistía para cientos de simpatizantes bolsonaristas condenados por el asalto a los poderes públicos del 8 de enero de 2023, que podría incluir al ex mandatario.
La fiscalía sostiene que Bolsonaro alentó esos hechos como un último intento para mantenerse en el poder.
“Nunca estamos a favor de aranceles”, dice Clayton Prudencio, un hombre de 42 años que se presenta como ‘influencer’ digital, “aunque a veces el remedio es amargo pero necesario para curarse”.
En audiencias públicas y retransmitidas en vivo, los jueces deben pronunciarse hasta el mañana para decidir el futuro del ex mandatario y otros siete coacusados, entre ellos varios ex ministros y altos mandos militares.
“Da tristeza en el corazón ver cómo una persona (Moraes) pronuncia un voto político con tanta rabia, parecía el líder del gobierno en la corte”, cuestionó en rueda de prensa el senador Flávio Bolsonaro, hijo del ex presidente.









