Intentos de suicidio: hay más casos y alertan por el impacto del bullying y las redes sociales
El caso de una alumna de 9 años que permanece internada luego de que quisiera quitarse la vida preocupa y genera alarma. Su familia asegura que sufría hostigamiento escolar. Los especialistas advierten que cada vez más chicos consultan por ideación suicida y llaman a abrir el diálogo temprano en los hogares. El Ministerio de Educación pidió intervención a la Justicia para que investigue el caso. Recomendaciones.
BASTA DE BULLYING. Prevenir los acosos escolares fue el pedido de los padres, alumnos y allegados a la alumna hospitalizada por intento de suicidio. La Gaceta / fotos de Analía Jaramillo
Beatriz está desconsolada. Reza. Llora. Busca respuestas. Repasa todo lo que ha ocurrido en los últimos días. Se pregunta cómo puede ser que su nieta, de tan sólo nueve años, haya estado tan triste como para querer terminar con su vida.
El intento de suicidio de una alumna que habría sufrido bullying conmociona a los tucumanos. El caso, ocurrido el viernes, se viralizó ayer, cuando varios papás acompañaron a la familia en un reclamo frente a la institución, la escuela Julio Roca. Hasta anoche la niña continuaba internada, en estado de gravedad.
El Ministerio de Educación tomó intervención y presentó una denuncia en la Justicia para que se investigue a fondo el caso. La familia de la alumna insiste en que desde hace un tiempo ella estaba padeciendo bullying y las autoridades no actuaron a tiempo.
“Mi nieta venía un poco rara, no entendíamos bien qué pasaba, hasta que hace unas tres semanas mi hija me llamó porque desde la escuela la habían citado. Me dijo que una compañera la molestaba, y hubo un problema vinculado a una maestra de inglés. También me contó que le pidieron que la llevara al psicólogo”, contó Beatriz, y sostuvo que hubo desinterés del personal docente.
Beatriz señaló que su nieta siembre fue muy feliz hasta hace unos meses. Y detalló que le pequeña tenía un celular y que le gustaba la red Tik Tok. “Reconozco que eso a mí no me parecía bien”, sostuvo. Y luego reflexionó sobre las dificultades que atraviesan muchas familias: “los padres trabajan todo el día para poder darles de comer a sus hijos, y a veces no llegan a ver lo que pasa con el celular o con las redes. Llegan cansados y los chicos quedan expuestos a muchas cosas”.
CONTRA EL ACOSO. La consigna que se repitió frente a la escuela.
Según apuntó, el celular de Tatiana está siendo peritado por la Justicia y la familia aguarda respuestas. “No podía creer cuando me llamaron el viernes para darme esta noticia; su hermanita la encontró y por suerte pudieron reanimarla. Todos estamos sufriendo mucho; lo primordial es que se recupere”, relató, mientras esperaba el último parte médico.
En aumento
Este doloroso caso está lejos de ser aislado. En los últimos años ha bajado la edad de los chicos que se suicidan o que intentan hacerlo, admite la referente del programa de prevención y Abordaje de Conductas Suicidas del Siprosa, Irma Thomas.
La situación es preocupante. En 2025, aumentaron el 50% los pedidos de ayuda en la línea 135, el dispositivo del Ministerio de Salud de Tucumán para asistencia al riesgo suicida. El servicio trabaja sin descanso. Desde que comenzó a funcionar, en diciembre de 2021, se fueron incrementando las llamadas. En 2022 tenían de 100 a 160 llamadas mensuales. El año pasado, recibieron entre 600 y 700. Ahora, el promedio es más de 30 por día.
CONSIGNA POLICIAL. Los efectivos se presentaron frente a la institución.
A propósito del Día Mundial de la Prevención del Suicidio -se conmemoró ayer- y de la conmoción que hubo en la comunidad, Thomas habló de la necesidad de abrir diálogos tempranos en las familias. “La mejor prevención del suicidio es hablar. Hay que remarcar a los niños lo importante que es cuidar la vida. Esto implica desde hábitos saludables -como la alimentación y la consulta médica- hasta la dimensión emocional: explicar que a veces podemos sentir enojo, tristeza o malestar, y que en esos momentos es fundamental pedir ayuda a los adultos que nos rodean”, explicó.
A los seis o siete años ya es una buena edad para hablar del tema, sin miedo. “Sí tenemos casos de chicos con tentativas de suicidios. Hay que vencer muchos mitos, como por ejemplo la creencia de que los niños no se quitan la vida. Esto no es así. Siempre han existido casos y, lamentablemente, en algunos contextos se observa un descenso en la edad de las tentativas”, puntualizó.
Thomas remarcó que muchas de las dificultades que atraviesan los chicos son percibidas como obstáculos insuperables, aunque a los ojos de los adultos puedan parecer menores. “Una pelea con un amigo, una materia desaprobada, la pérdida de un dinero o de un objeto importante… para ellos esas situaciones pueden ser tremendas. Es necesario mostrarles que esos problemas son pasajeros y que siempre se pueden resolver con la ayuda de un adulto, ya sea un padre, un docente u otra persona de confianza”, señaló.
“Hay que preparar a los niños para que aprendan a resolver problemas y a enfrentar la frustración, la ira y el enojo”, agregó. Algunas señales a las que debemos estar atentos los adultos son: la preocupación excesiva en los chicos, los sueños nocturnos o pesadillas, si dejan de alimentarse o comienzan a comer en forma excesiva, si se los ve más aislados, si no quieren ir a cumpleaños o dejan de hacer el deporte que practicaban, por ejemplo. Siempre es bueno buscar ayuda profesional, mucho más cuando ya aparece una autolesión, precisó. “Los padres no tenemos por qué tener todas las respuestas”, aconsejó.
Por último, habló del riesgo significativo que puede representar el uso de redes sociales desde muy corta edad, ya que los niños no cuentan aún con la madurez necesaria para comprender ni diferenciar la información que consumen. “Ellos no tienen capacidad crítica todavía. Pueden consultar sobre emociones o situaciones delicadas y no distinguir si la respuesta proviene de una persona, de un profesional o incluso de una inteligencia artificial”, expresó.
“Si bien plataformas como Facebook e Instagram establecen límites de edad para crear perfiles, TikTok no lo hace, lo que facilita que niños pequeños se expongan a contenidos inadecuados. Lo que ven lo interpretan como inmediato y verdadero, sin la capacidad de filtrar lo bueno de lo malo si no cuentan con el acompañamiento de adultos”, concluyó.
¿Un disparador?
Una de las preguntas que da vueltas desde ayer es ¿hay una relación estrecha entre bullying y el suicidio de chicos? Los expertos consideran que el acoso es un factor de riesgo importante, pero no hay que perder de vista que siempre el suicidio es multicausal. Otras cosas que influyen son: la soledad, problemas familiares, falta de oportunidades, autoexigencia, ausencia de un proyecto de vida, y adicción a las drogas o al juego, entre otras cosas.
La psicóloga Silvina Cohen Imach considera que el bullying es hoy uno de los síntomas más preocupantes y más graves en la infancia y la adolescencia, que produce una baja autoestima y un sentimiento de inseguridad, pero también de impotencia, de frustración y bronca que muchas veces puede llevar el suicidio.
“El acoso escolar o el bullying lo que genera es que los chicos tengan mayores ideaciones suicidas y fenómenos como la depresión. Eso, en la medida que se vaya acrecentando, aumenta el nivel de riesgo. Porque además, en general, las víctimas suelen tener mucho miedo y suelen evitar las situaciones donde son acosados. Hay pérdida de autoestima; se suelen considerar muy inferiores en relación a al resto. Y la posibilidad de suicidio muchas veces la ven como una resolución”, explicó el psicólogo Flavio Garlatti.
La nota que dejó la niña
Una familia y la comunidad educativa de Tucumán atraviesan horas de angustia tras el intento de suicidio de una niña de nueve años que permanece internada en grave estado. Antes de atentar contra su vida, la pequeña habría dejado una breve nota a sus padres con un mensaje contundente: “Mamá, papá, yo no miento”.
La frase resume el doloroso trasfondo que denuncian sus familiares: hostigamiento escolar, burlas y un juego perverso que obligaba a los niños a cumplir “prendas” humillantes si perdían, lo que habría derivado en acusaciones falsas y en el aislamiento de la menor.
En la puerta del hospital, su abuelo Gustavo indicó que hubo señales de alerta que no fueron atendidas. “Se pidió ayuda a la escuela. Mi hija no sabía qué hacer. Llegamos a pensar que nuestra nieta exageraba, pero ahora sabemos que no. Ella dejó esa nota: ‘Yo no miento’”. Ante la gravedad del estado de la pequeña pidieron oraciones por ella y que se hable del bullying.
Por otra parte, su familia también denunció que incluso madres de otros alumnos habrían hostigado a la pequeña a través de audios, reforzando la presión sobre la niña. En ese sentido insistieron en que el hostigamiento no sólo afecta a la nena hospitalizada, sino también a su hermana de cinco años, quien presenció los hechos y ahora teme ir a clases.
Finalmente, el abuelo pidió a las autoridades provinciales que intervengan en el caso y presten atención a este tipo de casos. “La ministra de Educación (Susana Montaldo) tiene que dejar de pensar en las elecciones. El gobernador Osvaldo Jaldo debería demostrar que le importa la educación. No se trata de votos, se trata de nuestros hijos”, sentenció Gustavo.
La voz oficial: sin registro de hostigamiento
Luego de la viralización del caso de la alumna de nueve años que intentó quitarse la vida, desde el Ministerio de Educación informaron que ya están trabajando junto a la institución a la cual asistía la niña (la escuela Julio Argentino Roca) y a la familia.
Carlos Gaspa, coordinador del circuito capital del Gabinete Psicopedagógico Interdisciplinario, contó que un equipo de apoyo pedagógico y social comenzó a trabajar desde el mismo fin de semana en que se produjo el hecho. “Estamos en contacto con la escuela y con la familia desde el sábado. Ya veníamos acompañando a la institución por otras situaciones convivenciales vinculadas a la Educación Sexual Integral (ESI) y al fortalecimiento institucional, pero no específicamente por esta alumna”, detalló.
Respecto a la denuncia de la familia sobre bullying, Gaspa fue claro: “la escuela no tiene registro de situaciones de hostigamiento sostenido que configuren bullying. Sí existen conflictos de convivencia entre alumnos, situaciones de vínculo que son habituales en la etapa escolar, pero no había antecedentes ni registros de que la menor estuviera atravesando un caso de hostigamiento”.
“Para que se considere hostigamiento, debe tratarse de un acoso sostenido en el tiempo”, aclaró. En cuanto a las acciones que están llevando adelante, precisó que el equipo trabaja en dos ejes principales: el acompañamiento a la institución docente y la articulación con el sistema de salud. “Estamos trabajando con los docentes en cómo posicionarse frente a cuestiones complejas, en estrategias para manejar los vínculos y en el abordaje de temáticas de convivencia y de educación sexual integral. Al mismo tiempo, articulamos con el área de salud porque la niña está internada y lo más importante ahora es que pueda evolucionar favorablemente”, indicó.
Gaspa también se refirió al impacto de las redes sociales en los conflictos escolares. “Hoy vemos que niños de muy temprana edad tienen acceso a celulares y a las redes. Esto genera nuevas problemáticas: la difusión de datos personales, fotos e información de menores que deben ser especialmente resguardados. Estas exposiciones muchas veces enrarecen o complejizan los conflictos existentes”, advirtió. En este sentido, apeló a la responsabilidad de los adultos: “es fundamental que los padres sepan qué hacen sus hijos en las redes, que establezcan pautas claras y que los protejan en estos espacios. Los chicos requieren de un acompañamiento activo para no quedar expuestos a situaciones que los superen”.
Finalmente, reconoció que las escuelas no están aisladas de la realidad social: “vivimos en una sociedad compleja y esa conflictividad atraviesa también las aulas. No hablamos de una situación alarmante, pero sí de un contexto en el que es necesario fortalecer el acompañamiento institucional y familiar para resguardar a los chicos”.
Palabra profesional: "Hablar es la clave"
La tragedia que atraviesa la comunidad educativa coincidió con la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se recuerda cada 10 de septiembre, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio. Silvana Contreras, psicóloga y presidenta de la Fundación Ariatna, dialogó con LA GACETA sobre las claves para abordar la problemática desde la prevención.
“Lo más importante es poder hablar. El suicidio sigue siendo un tema tabú, genera angustia y muchas veces preferimos evitarlo. Pero justamente necesitamos instalarlo en la familia como un tema de conversación. No podemos pensar que ‘a nosotros no nos va a tocar’ porque no hay un trastorno mental en casa. El suicidio es multicausal y complejo”, explicó.
La especialista insistió en derribar mitos y animarse a preguntarles a los niños y adolescentes qué piensan y qué sienten. “Ellos tienen información, saben lo que sucede en la comunidad. Si logramos escucharlos, podemos detectar señales a tiempo. Preguntar no provoca la idea, preguntar salva”, remarcó.
Entre los signos que deben llamar la atención, Contreras mencionó cambios bruscos en el estado de ánimo, aislamiento social, alteraciones en el sueño o en la alimentación. Pero aclaró que no todo aislamiento es igual.
Cuando aparecen dudas o señales, la psicóloga recomienda no improvisar respuestas apresuradas. “Los padres no tienen por qué saberlo todo. Una buena estrategia es decir: ‘No sé, investiguemos juntos’”. Finalmente, la especialista indicó que se puede consultar al pediatra, a un psicólogo o buscar información confiable. “Lo esencial es abrir el diálogo”, sentenció.
Mundo digital: cuando no alcanza con revisar
“Antes recomendábamos revisar los celulares. Hoy decimos: hablen. No podemos controlar 24 horas lo que hacen los chicos en internet, pero sí podemos educarlos como ciudadanos digitales. Enseñarles a relacionarse de manera segura, hablar sobre los riesgos y acompañar sus experiencias”, remarcó la psicóloga SIlvana Contreras.
En Argentina, está disponible la línea 011-5275-1135 para todo el país, atendida por profesionales del programa Contención y Prevención del Suicidio. También se puede recurrir al hospital más cercano o a dispositivos locales de salud mental.
A qué cosas estar atentos y cómo se puede pedir ayuda
- A estas señales debemos estar atentos: cuando una persona habla acerca del suicidio o expresa que quisiera estar muerta.
- Prestar atención si el niño está retraído, muestra cambios de humor, si tiene preocupaciones por la muerte, si siente una gran desesperanza.
- Si están aislados o pasan muchas horas con la tecnología, si ya no quiere salir con sus amigos o asistir a cumpleaños es otra señal de riesgo.
- Las pesadillas nocturnas y los cambios de alimentación pueden ser síntoma de que algo no está bien; al igual que las modificaciones en la rutina y la baja en las notas escolares.
- Aquí podés pedir ayuda: Línea 135 (asistencia al riesgo suicida, con psicólogos de guardia), Línea 107 (servicios de emergencia), guardias psicológicas en el Hospital del Niños (en horario diurno).








