Por Gustavo Rodríguez
06 Septiembre 2025
Todo estaba listo para que el hombre atacado por una jauría en Yerba Buena fuera aprehendido, pero al no haber firmado el alta un médico, por lo que no pudo ser aprehendido, tal ordenó la Justicia. En medio da tantas dudas, lo único concreto es que sería acusado de hurto, según explicaron fuentes judiciales.
El martes, cerca del mediodía, Diego Luciano “Cachito” Fernández (28 años) ingresó a la casa de María Cristina Salinas, ubicada en La Madrid a 2.700. No terminó de pisar el suelo y fue atacado por unos 15 perros. La propietaria de la vivienda, con la ayuda de dos hombres, lograron alejar a los canes. Fue atendido en el Carrillo y allí fue derivado al Centro de Salud, donde le diagnosticaron lesiones en diferentes partes del cuerpo y sufrió una amputación parcial de sus órganos genitales. También fue sometido a un tratamiento especial para evitar que sufriera alguna infección,
El caso despertó polémica porque había distintas versiones sobre cómo se había desencadenado el hecho. La madre del muchacho dijo que su hijo había ingresado a la vivienda con autorización para cortar naranja y que la dueña de casa lo conocía perfectamente porque le hacía los mandados y hasta le cortaba el césped. Salinas, tanto en sede policial como en los tribunales, acusó a González de ingresar a su propiedad saltando la tapia y que cayó sobre un tunal que terminó dañando. Nunca señaló que le había extraído alguna pertenencia o amenazado a ella o a alguna de sus dos hermanas para quedarse con algunos de sus bienes.
Pero la misma dueña de casa fue la que aportó una prueba que generó un giro en la investigación. Al día siguiente del ataque de los perros, mientras revisaba el daño que había sufrido (vecinos rompieron el portón para poder ingresar y rescatar a “Cachito”) encontró una mochila con naranjas en su interior. La fiscala María del Carmen Reuter consideró que ese era un indicio importante para acusarlo de hurto. Por esa razón, ordenó su aprehensión. En las próximas horas se definirá su situación procesal en una audiencia.
“Era sabido que esto sucedería. Ese chango es conocido en el barrio porque robaba lo que podía para comprar drogas. Ahora espero que, además de tenerlo en prisión, hagan algo para recuperarlo de las adicciones porque evidentemente su familia no puede hacerlo”, indicó Josefina Riera.
“Es muy triste que pase esto. La Justicia no hizo lo que tenía que hacer. Ahora estamos hablando de un hecho horrible que podría haberse evitado. ¿Qué hubiera pasado si esa persona se moría? La única que tendría problemas sería la dueña de los perros”, agregó Lautaro García, comerciante de Yerba Buena.
Segunda caída
Esta terminó transformándose en la segunda detención de González en ocho días. El jueves pasado, la Policía lo detuvo por otro robo. En ese caso, según confiaron fuentes judiciales, había ingresado a un local comercial de esa ciudad y se apoderó de una computadora. Los uniformados la encontraron en un local de arreglos de dispositivos donde podría haberla vendido. Sin embargo, la Justicia ordenó su libertad porque no tenía los elementos suficientes para acusarlo del delito.
“Cachito”, según confirmaron fuentes judiciales, en los últimos nueve años, se le abrieron 27 causas. Una por violencia de género, dos por atentados y resistencia a la autoridad y, todas las restantes, por delitos contra la propiedad. Sin embargo, nunca fue condenado.
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