Luis Caputo, ministro de Economía de la Nación.
La calma cambiaria es relativa. Las intervenciones oficiales en el mercado moderaron al tipo de cambio. Las acciones ya no están en la montaña rusa, mientras que el Riesgo País cede a 893 puntos básicos, aunque ese indicador denota cierta tensión entre los inversores en la previa de las elecciones bonaerenses del domingo. En la primera rueda tras el anuncio del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, sobre la participación del Tesoro en el mercado libre de cambios, los depósitos en dólares de la entidad en el Banco Central cayeron U$S238 millones. De todas formas, los depósitos en moneda local aumentaron por U$S198 millones, por lo que inferimos que la intervención fue por este monto, según Portfolio Personal Inversiones. Fuentes del mercado señalan que el Tesoro habría participado con casi U$S150 millones. En línea con este rumor, las reservas brutas del Central cayeron U$S208 millones, de los cuales U$S147 millones no tendrían una explicación clara -es decir, neto de variación en las valuaciones de oro, DEG y yuanes-.
La capacidad de intervención del Tesoro es muy limitada, se estima que en torno a los U$S1.700 millones, por lo que es posible que el gobierno esté gestionando una línea especial de asistencia del Tesoro estadounidense, aun cuando la situación del país no encuadre con los casos de México y Uruguay, que accedieron a fondos frescos por esta vía durante el “Tequila” y la crisis bancaria de 2002/03, respectivamente, indica el economista del Ieral, Jorge Vasconcelos. La movida oficial fue acompañada por una intensificación de la oferta de dólares en el mercado de futuros, pese a que hacia fin de agosto los compromisos en este mercado para meses subsiguientes ya habrían alcanzado el equivalente a U$S6.000 millones (son operaciones que se liquidan en pesos).
Respecto a la eventual intervención del Banco Central (por fuera del Tesoro) en el mercado de cambios, seguiría vigente el compromiso con el FMI, respecto a que estas operaciones sólo ocurrirían en el techo de la banda de intervención, entre otras cosas porque para vender dólares el BCRA tendría que recurrir a divisas desembolsadas este año por el propio fondo, que conforman un stock de U$S14.000 millones, acota Vasconcelos.
Recalibrar
En el diagnóstico del experto de la Fundación Mediterránea se explica que la receta de la “dolarización endógena” tampoco ha dado muestras de funcionar. El gobierno anunció a fines de mayo la intención de promover el uso de los “dólares del colchón” para operaciones cotidianas, de modo que, ante la presumible escasez de pesos, la demanda agregada no se contrajera, complementando el circulante en moneda doméstica con el uso transaccional de la divisa norteamericana. En lugar de esto, sostiene Vasconcelos, simplemente ocurrió que, ante la escasez de pesos….subieran las tasas de interés. “Puede que haya baches legales en lo anunciado, pero lo cierto es que el dólar es un canal para el ahorro y que, si eventualmente se utiliza para financiar determinados gastos, se elige muy bien el momento. Como ya se analizó en estos informes, era difícil que los argentinos salieran de compras con billetes dólar….a una paridad de $1.300”, argumenta. Haber apostado demasiadas fichas a la “dolarización endógena” es uno de los factores por los que el nivel de actividad se amesetó. Y los últimos datos apuntan a un tercer trimestre que puede arrojar variación negativa respecto del segundo. La recaudación de agosto, en impuestos asociados al mercado interno, no permite abandonar esa conjetura.
Después de las elecciones, para encaminar la macro es clave recrear condiciones para lograr entrada de capitales sostenida, de modo de reforzar las reservas del BCRA y complementar el ahorro interno para elevar la tasa de inversión, puntualiza Vasconcelos. En función de ese escenario, el gobierno sigue tratando de dar señales de continuidad, por ejemplo, a través de la venta de dólares en el mercado de futuros en contratos cuyos precios implícitos no se apartan demasiado del andarivel de intervención.
En este escenario, el economista Miguel Angel Broda considera que los tres baluartes de la política macroeconómica fiscal, monetaria y cambiaria están “al servicio del resultado electoral” y afirmó que esta situación lleva a la necesidad de “recalibrar el programa” después de los comicios. En esa línea, admitió que podría haber una corrección al alza en el tipo de cambio. Broda insiste en que “es probable que el de ahora no sea un tipo de cambio con las actuales condiciones de equilibrio en Argentina”. Si bien en el futuro Argentina podría ser un país “caro en dólares”, actualmente “muy probablemente necesitemos un peso un poco más depreciado”, finaliza.
Expectativas: una inflación al 2% mensual, con un dólar en ascenso y menos crecimiento
En medio de las turbulencias por las tasas de interés y luego por la cotización del dólar, los analistas del mercado proyectaron menor crecimiento, una inflación que no baja del 2% mensual y un dólar que, a fines de año, puede llegar a los $ 1.441 por unidad. Esos datos surgen del Relevamiento de Expectativas del Mercado que, mensualmente, difunde el Banco Central. El diagnóstico estima una inflación mensual de 2,1% para agosto, casi medio punto más arriba que la medición anterior. Sobre el dólar, la mediana de las proyecciones de tipo de cambio nominal se ubicó en $ 1.362 por dólar para el promedio de septiembre. Para diciembre el conjunto de participantes del relevamiento pronostica un tipo de cambio nominal de $ 1.441 por unidad, lo que arroja una variación interanual esperada de 41,2% (+3,5 puntos porcentuales respecto del REM previo). Estos datos se recolectaron antes de que la Secretaría de Finanzas de la Nación anunciara la intervención oficial en el mercado de cambios.
En el relevamiento de agosto, el conjunto de analistas del REM estimó que el Producto Bruto Interno (PBI) trimestral ajustado por estacionalidad entre abril y junio habría crecido 0,1% respecto al primer trimestre de y proyectan que retroceda -0,3% en el tercer trimestre para luego volver a expandirse 0,6% en el cuarto. Para 2025 esperan en promedio un nivel de PBI real 4,4% superior al promedio de 2024.









