Pablo Quirno, actual secretario de Finanzas.
El diario vivir se ha envuelto en la incertidumbre. El anuncio desde las redes sociales del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, acerca de la intervención oficial en el mercado cambiario cayó como un mazazo al sector privado. Los hombres de negocios siempre han sido cautelosos antes de las elecciones. Y saben que siempre hay turbulencias toda vez que se aproxima un turno electoral. Sin PASO a la vista, los comicios de Buenos Aires se convirtieron en el primer test de importancia antes del 26 de octubre. Las acciones y otros activos reaccionan de forma negativa ante tanta volatilidad. Los inversores siguen esperando y quieren ver qué pasará después del domingo. Las regulaciones forman parte de la batería de anuncios oficiales.
“El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”, posteó Quirno en su cuenta de la red social “X”. Según el economista Gustavo Ber, el anuncio de intervención en el mercado cambiario apunta justamente a bajar tanta incertidumbre electoral, ya que estaría generando vaivenes y elevados niveles en las tasas reales, así como una creciente dolarización. Aquella iniciativa podría estar apuntando en simultáneo con evitar que se traslade hacia la banda superior, ya que ello requeriría vender divisas, lo cual iría justamente a contramano del objetivo de los inversores -y del FMI- que es que se acumulen reservas en el tiempo, explica el analista. De todas maneras, se trataría de una medida temporal, ya que el esquema de bandas de flotación que es parte del programa acordado con el Fondo. El Banco Central no podía vender dólares hasta que la divisa tocara el techo de la banda, que actualmente está cerca de los $1.470 por dólar.
Dentro del Gobierno nacional hay un dilema sobre las consecuencias de las medidas adoptadas en los últimos tiempos, con el fin de evitar la dolarización de las carteras y una reacción inflacionaria. La decisión de desarmar las LEFI, anunciada el 9 de junio e implementada el 10 de julio, generó un nuevo cimbronazo sobre las tasas de interés domésticas, recordó la economista Marina Dal Poggetto. Eliminar el instrumento de liquidez de los bancos agregó volatilidad a un esquema que, de por sí, empezaba a operar con tasas de interés reales positivas y coordinó un cambio en la composición de la deuda del Tesoro (por el desarme de las LEFI), una nueva escalada en las tasas de interés y una concentración de vencimientos peligrosa que todavía el equipo económico (Tesoro y BCRA) está intentando suturar con una lógica bien distinta a la que prevalecía, puntualiza la docente del IAE Business School.
La economía necesita un equilibrio entre el dólar y la tasa de interés. De otro modo, la actividad económica seguirá pagando las consecuencias. Los empresarios e industriales tucumanos están muy preocupados frente a los anuncios nacionales: no hay ventas; los costos fijos crecen; el financiamiento es cada vez más oneroso y, por si esto fuera poco, tratan de apelar a la misericordia de los proveedores, para que las cuentas cierren lo menos traumática posible.
Como señaló en su último reporte Ecolatina, las últimas encuestas deslizarían que el Gobierno tendría en octubre una elección más reñida de lo que se presumía hace unos meses atrás. En el plano económico, se verá en las urnas el resultado de la apuesta del Gobierno por sostener un proceso de desinflación a costa de una recuperación salarial estancada y de tasas reales elevadas con claros indicios de estancamiento en la actividad. Lamentablemente, indica la consultora, para el “día después” de las elecciones las autoridades económicas deberán recoger los dividendos de una estrategia que luce poco sostenible y aumenta la incertidumbre respecto del esquema cambiario-monetario que viene.







