La Universidad de Columbia sufrió el ataque de sus sistemas.
Los datos financieros, el rendimiento académico y hasta las cartas de solicitud de los estudiantes quedaron comprometidas en el masivo hackeo que dejó vulnerable los sistemas de una de las instituciones más prestigiosas del mundo. La Universidad de Columbia sufrió el robo de cientos de miles de datos de sus asistentes.
La Universidad de Columbia, una de las instituciones más selectivas y destacadas del mundo, que forma parte de la prestigiosa red de las "Ivy League", denunció a principios de este mes el ataque a sus sistemas informáticos que expuso la información personal de alrededor de 870.000 personas, en las que fueron vulnerados tanto de estudiantes, solicitante e incluso ex alumnos.
Los datos robados
De acuerdo con el informe de la institución, los datos robados incluyeron "todo tipo de información personal" que comprendió, los números de cuenta bancaria y de ruta desembolsos de préstamos estudiantiles y becas, calificaciones de exámenes estandarizados, promedios de calificaciones, horarios de clases, domicilios y otra información de contacto, según una revisión del medio Bloomberg News de 53,6 gigabytes de los archivos robados.
El ataque también vulneró los datos de contacto, información demográfica, historial académico, información sobre ayuda financiera y datos de seguros y salud compartidos con la universidad, según las cartas. Nueve estudiantes y ex estudiantes que comenzaron a cursar programas de pregrado y posgrado en Columbia en la década de 1990 confirmaron la exactitud de sus datos en los archivos. Bloomberg no pudo verificar la caché completa.
Columbia afirmó previamente que la filtración también incluía información personal de sus empleados, aunque las cartas del jueves no mencionan específicamente dicha filtración. La institución habría enviado notificaciones a la personas que se creyeron afectadas por el ataque, según detalló su portavoz.
Los peligros del ataque
No está claro quién más podría tener acceso a los datos robados. Incluso si no se explotan de inmediato, los datos pirateados podrían, en última instancia, utilizarse con fines maliciosos, como robo, suplantación de identidad y acoso, según expertos en seguridad.
“Independientemente del motivo del delincuente, siempre que una persona se vea involucrada en una filtración de datos, hay motivos de preocupación”, declaró Rachel Tobac, directora ejecutiva de SocialProof Security a Bloomberg. “Es importante congelar el crédito y estar alerta ante posibles señuelos de phishing personalizados en todos los métodos de contacto”.








