TATIANA VALDEZ. “Profesionalizarse no es perder la identidad”, dice.
“Hay que pensar la presentación como parte del proceso creativo, no como un trámite que ‘hay que hacer’. La forma en que contamos un proyecto es parte primordial de lograr que se concrete”, afirma Tatiana Valdez, en una entrevista con LA GACETA.
La artista, gestora cultural y productora dirige un taller sobre la presentación de proyectos artísticos, herramientas para artistas independientes en el marco del Festival Provincial de Artes Visuales-Tucumán Arte.
La actividad se desarrolla hasta mañana, de 15 a 17, en modalidad presencial en el Punto Digital del Ente Cultural (San Martín 251) y virtual a través de Zoom. En el taller se brindan herramientas teóricas y prácticas para el armado de portafolios, redacción de dossiers, diseño de aplicaciones a convocatorias y estrategias de comunicación.
- ¿Observás que artistas, curadores o gestores no saben cómo presentar sus proyectos?
- Mi objetivo es que artistas independientes accedan a herramientas claras y situadas para mostrar su trabajo en circuitos locales, nacionales e internacionales. No diría que artistas, curadores o gestores no saben cómo presentar sus proyectos. Identifico que, al menos en Tucumán, la formación artística no siempre incluye las herramientas de gestión y producción, que sirven para profesionalizar nuestros proyectos y presentarlos de manera estratégica y convocante. Muchas veces los proyectos se quedan sin circular, sin insertarse en la escena, sin ganar premios o subsidios, no porque no tengan valor, sino porque no logran traducir su potencia artística en un lenguaje que dialogue con las convocatorias, los jurados, las curadurías o los potenciales aliados. No es un problema de talento, sino de acceso a ciertas herramientas y códigos que, históricamente, han estado más cerca de quienes viven en los grandes centros culturales que de quienes producimos desde contextos periféricos.
- ¿Qué recomendarías vos para una correcta presentación?
- Para hacer algo que se pueda considerar como una “correcta” presentación, me gustaría decir primero que no hay fórmulas mágicas. En cada presentación hay que entender las características y lenguaje específico del espacio, institución o convocatoria, para poder dialogar con ellas. Al margen de eso, recomiendo siempre tener claridad sobre la idea y el núcleo del proyecto. Hay que aprender a elegir qué información es relevante para cada instancia y presentarla de forma ordenada y atractiva. Cuando hablamos de profesionalización en el arte, muchas veces se impone un modelo único de “cómo deben hacerse las cosas” que suele estar pensado desde lógicas estandarizadas de las grandes capitales. Eso termina homogeneizando las formas de contar, producir y mostrar. Mi propuesta es entender que no se trata de que todos hablemos el mismo idioma, sino de aprender las herramientas para que cada quien pueda decir lo suyo con su propia voz, desde su territorio y su historia. Profesionalizarse no es perder identidad para encajar, sino potenciar lo que nos hace diferentes. Y en el caso del NOA argentino, esa diferencia es de una fuerza política y estética enorme, que merece ser cuidada y amplificada.
- Pero, ¿existe una “correcta” presentación para todos?
- Justamente, eso decía antes. Hay lineamientos generales que son necesarios: claridad, coherencia y estructura, por ejemplo. Pero siempre hay que leer el contexto: una beca nacional no se presenta igual que una residencia internacional; una propuesta para un salón de museo no se formula igual que para un festival comunitario. Entender para quién y para qué estás escribiendo un proyecto es tan importante como su contenido.
- La profesionalización no debe implicar la estandarización, sino el fortalecimiento de lenguajes, identidades y formas de hacer arte desde el sur global, según pudo leer en la convocatoria...
- Cuando hablamos de profesionalización en el arte, muchas veces se impone un modelo único de “cómo deben hacerse las cosas” que suele estar pensado desde lógicas estandarizadas de las grandes capitales. Eso termina homogeneizando las formas de contar, producir y mostrar. Mi propuesta es entender que no se trata de que todos hablemos el mismo idioma, sino de aprender las herramientas para que cada quien pueda decir lo suyo con su propia voz, desde su territorio y su historia. Profesionalizarse no es perder identidad para encajar, sino potenciar lo que nos hace diferentes. Y en el caso del NOA argentino, esa diferencia es de una fuerza política y estética enorme, que merece ser cuidada y amplificada.







