Desde la aparición y la locura por ChatGPT, junto con los distintos servicios de inteligencia artificial generativa que nacieron a fines de 2022, distintos discursos académicos y corporativos comenzaron a cuestionar cuál será el futuro del trabajo. La primera hipótesis que asoma, y que parece ser la más concreta por ahora, es que todo cambiará. Sin embargo, el mundo laboral nunca fue un escenario estable: las crisis económicas, los nuevos descubrimientos y los cambios geopolíticos, entre otros factores, transformaron de manera constante nuestra forma de ser productivos.
Al parecer, la IA tiene un condimento extra que impulsa la difusión de promesas y alarmas. Es una tecnología revolucionaria y transformadora que, al no conocerse aún toda su capacidad, despliega infinitos escenarios imaginarios. Pero más allá de las especulaciones, ya existen indicios de su impacto real basados en datos concretos. Con la ayuda de la propia IA, los expertos ya determinaron distintos ejes sobre cómo se transformará la economía del futuro, identificando las actividades y ocupaciones laborales más afectadas.
Este estudio estuvo liderado por Microsoft y se realizó a partir del análisis de 200.000 conversaciones anónimas entre usuarios y Copilot, su sistema público de IA generativa. Los datos se recopilaron de forma representativa durante nueve meses de uso en Estados Unidos en 2024 y el objetivo principal de la investigación fue avanzar en la comprensión de los efectos de la IA en la economía, una de las preguntas más cruciales de la sociedad actual. Esto se debe a la rápida adopción de la IA generativa y su potencial para impactar una amplia gama de tareas laborales.
Según el estudio, las profesiones más afectadas por la IA son aquellas con las puntuaciones más altas de aplicabilidad de esta tecnología, es decir, aquellas en las que las capacidades de IA pueden ser más utilizadas. Se trata, principalmente, de trabajos relacionados al conocimiento y ocupaciones orientadas a la comunicación. Entre ellas se destacan las áreas de informática y matemáticas, así como el apoyo administrativo y de oficina. Algunos ejemplos específicos de profesiones con altas puntuaciones de aplicabilidad incluyen: intérpretes y traductores, historiadores, representantes de ventas, escritores y autores, representantes de servicio al cliente, entre otros. Además, otras ocupaciones relacionadas con la edición, ventas, programación y el trabajo de oficina también muestran un impacto significativo. A un nivel más amplio, el estudio también resalta grupos como servicios comunitarios y sociales, artes, diseño, entretenimiento, deportes y medios, operaciones comerciales y financieras, e instrucción educativa y bibliotecaria. La razón por la cual estas profesiones son las más impactadas es que sus actividades laborales fundamentales se alinean fuertemente con las capacidades de la IA generativa. El estudio encontró que las actividades laborales más comunes para las que las personas buscan asistencia de la IA son justamente la recopilación de información y la escritura.
Lo curioso del estudio es que también identificó las profesiones con las puntuaciones más bajas de aplicabilidad de la IA, es decir, aquellas que resultan menos amenazadas por esta tecnología. Generalmente, estas ocupaciones implican tareas que no se alinean con las fortalezas actuales de la IA generativa y aquí aparecieron ocupaciones que se caracterizan por: el trabajo físico y manipulación de objetos, el manejo de máquinas y la interacción física directa con las personas. Es decir, el trabajo con tareas manuales aún estaría a salvo al menos de las IA basadas en modelos grandes de lenguaje (LLM).
Ejemplos claros de profesiones con baja aplicabilidad incluyen asistentes de enfermería y terapeutas de masaje, donde la interacción física y personal es central. También se incluyen trabajos de mano de obra manual o manejo de equipos, como lavaplatos, techadores, operarios de maquinaria y limpiadores de casas.
El informe de Microsoft ofrece una visión profunda sobre cómo la IA redefine el mundo laboral. Si bien no aporta revelaciones inesperadas, confirma creencias existentes: al parecer, todo lo que pueda ser digitalizado será afectado por la IA.
El estudio también aborda distintos niveles de impacto y ofrece, sobre todo, un panorama alentador para quienes apuestan por la presencia física y la colaboración humana. Sin embargo, todavía no existen datos sobre cómo se modificarían los ingresos de los profesionales. Aún falta conocer cómo será la distribución del trabajo y qué valor económico tendrán las distintas ocupaciones en el futuro. Quizás Microsoft o su propia IA ya tengan la respuesta, y esa sea su próxima gran revelación.







