La crítica de un urbanista por la remoción de adoquines en Barrio Sur: “Esto va en detrimento de la memoria colectiva”

El arquitecto Pablo Arias, ex docente de la UNT, cuestionó la falta de planificación integral y diálogo con los vecinos. “No se trata de nostalgia, se trata de preservar identidad”, advirtió.

25 Julio 2025

La decisión del municipio capitalino de levantar los históricos adoquines de Barrio Sur sigue generando respuestas en diversos sectores, especialmente entre especialistas en urbanismo y arquitectura. Esta vez, fue el arquitecto Pablo Arias quien sumó su voz al debate.“Esto va en detrimento de la memoria colectiva. No se trata solo de adoquines, sino de identidad urbana y de la forma en que decidimos construir nuestra ciudad”, le dijo a LA GACETA.

Arias, exdocente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, aseguró que coincide plenamente con lo planteado por Raúl Torres Zuccardi, con quien compartió cátedras en la carrera: “Fue mi profesor. Es una de las personas más calificadas en el análisis urbano en Tucumán”, dijo.

Aunque reconoció la necesidad de atender problemas de infraestructura como los hundimientos o las fallas de escurrimiento en la zona, planteó que estas intervenciones no pueden ejecutarse de forma aislada ni improvisada. “Esto no debería resolverse con medidas puntuales. Hace falta un plan director que trascienda gestiones y establezca una estrategia a largo plazo, especialmente en zonas vulnerables como Barrio Sur, donde toda el agua de la ciudad escurre”, explicó.

La crítica de un urbanista por la remoción de adoquines en Barrio Sur: “Esto va en detrimento de la memoria colectiva”

“Los adoquines no son un obstáculo técnico. Son parte del carácter del lugar”

En ese sentido, defendió la posibilidad de intervenir la zona sin resignar el valor patrimonial: “El problema no es levantar para reparar. El problema es no volver a colocar los adoquines. Técnicamente es posible, y sería una forma de conservar la imagen y el espíritu de un barrio con identidad propia”.

Arias enfatizó que no se trata de oponerse al desarrollo o de quedarse anclado en el pasado, sino de entender que ciertos elementos urbanos -como las veredas, los árboles o el empedrado- transmiten cultura, historia y sentido de pertenencia. “No es nostalgia. Es memoria colectiva. Y eso es parte esencial de cualquier comunidad. No podemos destruir símbolos porque nos parecen obsoletos”, insistió. 

Para el arquitecto, Tucumán cuenta con profesionales altamente capacitados en preservación y conservación, especialmente dentro del Instituto de Historia de la FAU. “En la facultad se generan constantemente proyectos vinculados con la ciudad, desarrollados por estudiantes y docentes, muchos de ellos investigadores del Conicet. Hay capital intelectual disponible que podría contribuir con soluciones más integrales”, explicó.

Consideró clave que el municipio abra canales de diálogo con esos espacios académicos, pero también con los vecinos. “La participación ciudadana en este tipo de procesos es fundamental. Hay ejemplos exitosos en todo el mundo, como el caso de Medellín. Sin la voz de quienes habitan el lugar, las decisiones pierden legitimidad y eficacia”, argumentó.

“No podemos seguir pateando el problema hacia adelante”

El arquitecto recordó que los hundimientos en esa zona son históricos y que se han hecho “parches” durante años sin una solución de fondo. “No importa si el pavimento es de hormigón, asfalto o granito: mientras no resolvamos el sistema de escurrimiento de aguas, la ciudad se seguirá inundando”, alertó.

Finalmente, expresó su preocupación por que la decisión tomada hoy no sea parte de una estrategia mayor: “Es una lástima ver cómo se destruye una imagen que forma parte del paisaje urbano y de la identidad de Barrio Sur. Esto no debería resolverse a las apuradas ni quedar en manos de decisiones técnicas aisladas. Hace falta pensar la ciudad en conjunto”.

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