Bullying 24 por siete: más de la mitad de los estudiantes dice haber sufrido acoso

Un informe de Argentinos por la Educación reveló que seis de cada 10 alumnos sufrieron agresiones en la escuela o en redes sociales.

INFORME. Seis de cada diez estudiantes de primaria en Argentina sufrieron agresiones de sus compañeros. INFORME. Seis de cada diez estudiantes de primaria en Argentina sufrieron agresiones de sus compañeros. / GOOGLE
María José Monteros
Por María José Monteros 26 Julio 2025

Las cifras de un nuevo informe de Argentinos por la Educación y Mercedes Sidders sobre convivencia escolar indican que seis de cada 10 estudiantes de primaria sufrieron alguna agresión en el último año y más de un tercio dijo haberse sentido discriminado en su escuela. El estudio basado en datos de la prueba Aprender 2023 refleja que los conflictos entre pares no son hechos aislados, sino parte de una dinámica cotidiana que afecta el bienestar y el aprendizaje.

Aunque la mayoría de los estudiantes declara sentirse acompañado y valorado, la exclusión, el bullying y el ciberacoso siguen presentes en las aulas y redes sociales. Los especialistas advierten que las respuestas institucionales son insuficientes y que es urgente implementar estrategias integrales para mejorar el clima escolar, fortalecer vínculos positivos y enseñar habilidades socioemocionales. El informe se titula “Desafíos de convivencia en la escuela primaria: discriminación y conflictos entre pares”.

“Hoy un chico puede ser víctima de bullying las 24 horas del día. Antes uno salía de la escuela y tenía un respiro. Ahora las redes lo persiguen”, afirmó Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina, siempre según la nota de prensa que distribuyó Argentinos por la Educación. Para él, es necesario enseñar a los chicos a gestionar su vida digital y promover un uso responsable de las redes.

LA GACETA consultó a estudiantes secundarios que participaron en el reciente encuentro de presidentes de centros de estudiantes de Tucumán. En el eje de salud integral, el bullying y la discriminación fueron temas centrales. “Que la escuela sea un lugar en el que nadie sufra ni haya bullying”, resumió Valentina Juárez, presidenta de la Escuela Secundaria de Alta Gracia.

Un diagnóstico que no se puede ignorar

El informe “Desafíos de convivencia en la escuela primaria: discriminación y conflictos entre pares” detalla que el 63% de los alumnos de sexto grado sufrió algún tipo de agresión en la escuela o en redes sociales. El 36% dijo haberse sentido discriminado, principalmente por su aspecto físico, por sus intereses personales o por su orientación sexual. Estos números, lejos de ser anecdóticos, revelan que la violencia entre pares atraviesa la vida escolar de miles de chicos de todo el país.

GRÁFICO DEL INFORME. Porcentaje de alumnos de 6° grado que vivieron al menos una vez, ese año, estos conflictos o situaciones de violencia. Nivel primario. Año 2023. GRÁFICO DEL INFORME. Porcentaje de alumnos de 6° grado que vivieron al menos una vez, ese año, estos conflictos o situaciones de violencia. Nivel primario. Año 2023. / INFORME DE CONVIVENCIA ESCOLAR

Los datos de Tucumán son similares al promedio nacional: tres de cada diez estudiantes admitieron haber agredido a un compañero; seis de cada diez fueron víctimas de alguna agresión y más de la mitad presenció situaciones de maltrato durante el año escolar. Además, el 27% denunció haber sido atacado en redes sociales, un fenómeno que preocupa porque extiende el conflicto más allá del aula.

“El clima escolar no es un detalle: es el núcleo de toda experiencia educativa. Define cómo los chicos se sienten en la escuela, si confían en los adultos que los rodean y si se animan a aprender”, explicó Paola Zabala, directora de la Comunidad Antibullying Argentina. Según la especialista, el problema no se soluciona sólo con castigos o reuniones con las familias: “hay que transformar el conflicto en una oportunidad pedagógica para aprender a convivir”.

La exclusión también duele

El informe revela que el 56% de los estudiantes se sintió excluido en algún momento del año. El 40% dijo haberse sentido incómodo o fuera de lugar, y el 36% se sintió solo. Aunque la mayoría (más del 90%) asegura tener amigos y sentirse acompañado por los docentes, estas experiencias de aislamiento no pueden relativizarse.

“Cuando una compañera se siente discriminada por su apariencia o porque piensa distinto, toda la clase trata de intervenir”, contó Jazmín Rosales, vicepresidenta del centro de estudiantes de Alta Gracia. Para ella, las charlas sobre ciberbullying y violencia de género que organizaron en su escuela fueron un punto de inflexión: “ahora los chicos piensan dos veces antes de decir algo hiriente. Entendieron que las palabras dejan marcas”.

PARTICIPACIÓN. Valentina Juárez y Jazmín Rosales impulsan actividades para frenar el bullying y mejorar la convivencia en su escuela. PARTICIPACIÓN. Valentina Juárez y Jazmín Rosales impulsan actividades para frenar el bullying y mejorar la convivencia en su escuela. / LA GACETA, MARIA JOSE MONTEROS

Valentina, por su parte, cree que la clave está en generar espacios para compartir. “En los recreos, en vez de que cada uno esté con el celular, organizamos actividades en el salón de la escuela, con películas y debates. Eso nos ayuda a estar más unidos”, explicó.

Las agresiones se multiplican en redes sociales

El acceso temprano a celulares y redes sociales amplifica los conflictos que nacen en el aula. Según el informe, el 86% de los estudiantes de sexto grado tiene su propio celular y casi el 80% pasa parte de su tiempo libre en plataformas digitales. Esta exposición facilita que insultos, burlas o amenazas continúen después del horario escolar.

Valentina y Jazmín confirmaron que en su escuela los problemas suelen comenzar en grupos de WhatsApp. “A veces empiezan con bromas y terminan mal. Por eso insistimos en hablar del tema y pedir ayuda a los docentes cuando algo se descontrola”, dijo Jazmín.

Respuestas escolares que no bastan

Cuando hay conflictos, las escuelas suelen acudir al diálogo con docentes y directivos, o a las reuniones con las familias. Sin embargo, apenas el 28% de los estudiantes menciona talleres o actividades reflexivas como respuesta. Peor aún, el 10% asegura que los conflictos se dejan pasar.

GRÁFICOS DEL INFORME. Formas de resolución de conflictos en la escuela según los alumnos de 6° grado. GRÁFICOS DEL INFORME. Formas de resolución de conflictos en la escuela según los alumnos de 6° grado. / INFORME DE CONVIVENCIA ESCOLAR

“Estas estrategias son importantes, pero no van a la raíz del problema. Si no enseñamos a los chicos a manejar sus emociones, a ser empáticos y a resolver conflictos de forma pacífica, todo seguirá igual”, señaló Pablo Mainer, fundador de Hablemos de Bullying.

El informe también indica que sólo el 11% de los estudiantes menciona actividades colaborativas o reparadoras como parte de la solución. Esto muestra que las estrategias más transformadoras siguen siendo excepcionales en las escuelas argentinas.

Qué funciona en otros países

Estudios internacionales señalan que las estrategias integrales –aquellas que involucran a toda la comunidad educativa– son las más efectivas. En Uganda, el programa Good School Toolkit redujo en el 42% la violencia física ejercida por docentes. En Pakistán, el programa Right To Play disminuyó el 37% el acoso verbal entre pares.

“Un enfoque integral no espera a que surja el conflicto. Cambia las normas y rutinas para prevenirlo, involucra a docentes, estudiantes y familias, y transforma la cultura escolar”, explicó Mercedes Sidders, coautora del informe de Argentinos por la Educación.

En la Argentina, sin embargo, estos enfoques son poco frecuentes. “Sabemos qué funciona, pero falta la decisión de implementarlo de forma sostenida”, agregó Sidders.

Jóvenes que marcan el camino

El Primer Encuentro de Centros de Estudiantes en Tucumán dejó claro que los propios jóvenes quieren participar del cambio. “Si nosotros no hablamos del bullying, nadie lo hace. A veces los adultos piensan que son cosas de chicos, pero no saben lo que se siente estar solo o tener miedo”, comentó Valentina.

Jazmín agregó que la presencia de una psicóloga en su escuela hizo una gran diferencia: “Los chicos que están mal pueden ir a hablar con ella. Nosotras los acompañamos porque sabemos que estar callados solo empeora las cosas”.

Estas iniciativas estudiantiles demuestran que el cambio no depende sólo de los adultos. Con espacios de diálogo y acompañamiento, los propios estudiantes pueden impulsar un ambiente más sano y respetuoso.

Hacia una cultura escolar más inclusiva

La conclusión del informe de Argentinos por la Educación y Sidders es contundente: no hay educación de calidad sin un clima escolar seguro y empático. Las cifras de agresiones y discriminación son una oportunidad para replantear cómo se enseñan las habilidades emocionales y sociales, y para fortalecer la participación de toda la comunidad educativa.

“El derecho a aprender solo se cumple si también se garantiza el derecho a sentirse seguro, incluido y valorado”, sostuvo Zabala. Tanto especialistas como estudiantes coinciden en que el cambio es posible, pero requiere de un compromiso real.

Las voces de Valentina y Jasmín son una muestra de ese compromiso. Desde su rol en el centro de estudiantes, buscan una escuela donde la palabra bullying quede en el pasado.

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