El momento en el que Oscar Rojo hablaba en el panel. FOTO GENTILEZA DE ABEL YAMUS
Oscar Rojo, representante de la compañía salteña Seaboard (ex ingenio Tabacal), afirmó que la producción de bioetanol “va a ocupar un lugar fundamental dentro de la matriz de biocombustibles” de Argentina y remarcó en que las compañías del sector “están preparadas” para afrontar el desarrollo ante una posible desregulación del mercado.
En esa línea, apuntó que los industriales “abogan por un crecimiento de corte (en la mezcla con las naftas) y porque haya mayor uso y consumo de bioetanol para reducir las emisiones de derivados de petróleo”. “El mejor ejemplo es Brasil y su crecimiento. En pocos días más van a cortar la nafta al 30%, lo cual demuestra la importancia y la potencialidad que tiene el bioetanol, pero fundamentalmente el significado para el cuidado del ambiente”.
Entre las inquietudes de los privados, según explicó Rojo, se apunta a “lograr una liberación del mercado y poder aumentar los cortes (al menos a un 15%) para poder aportar más a la matriz energética del país”. “Los ingenios tenemos potencial, hay caña de azúcar suficiente que se puede volcar al bioetanol. Venimos invirtiendo fuertemente en la producción de etanol, en almacenamientos y logística. Estamos preparados”, expresó.
“Hoy, no hay ninguna limitación para ir al 15%. Los motores lo aceptan, están probados y funcionan. Podríamos estar avanzando en los cortes hasta un 15%, y quizás un poco más”, aseguró el ejecutivo.
Rojo remarcó que Argentina debería avanzar hacia un mayor uso de biocombustibles en su matriz de transporte, siguiendo ejemplos como los de Brasil y Estados Unidos, a partir de los motores flex. “Quizás, no el modelo brasileño tal cual, con alcohol hidratado, pero sí avanzar hacia mayores cortes en la nafta, como los que ya están implementando en Brasil, que alcanzan el 30%. En Estados Unidos, los motores Flex permiten mezclas de hasta un 85% de corte”, señaló.
En ese sentido, hizo referencia a que se requiere decisión política para avanzar en ese camino. “Es para acelerar la homologación de motores o de conversores necesarios que permitan absorber mayores porcentajes de biocombustibles con total seguridad, tanto para los equipos como para los consumidores. Es cuestión de coordinar y planificar entre todos los participantes cómo hacerlo: Secretaría de Energía (nacional), automotrices, petroleras y el sector productor de bioetanol, tanto de caña como de maíz”, agregó.
Versus autos eléctricos
Rojo hizo hincapié en que los vehículos eléctricos “no es el camino a recorrer” hacia el futuro del transporte y movilidad en el país. “El rumbo, justamente, es con mayor cantidad de bioetanol (autos flex). Los países que tienen desarrollado el tema de auto eléctrico, aunque no hay ninguno que lo tenga realmente bien, bien desarrollado, pero tomando el caso de Estados Unidos por poner una referencia o muchos países de Europa.
“El punto clave está en preguntarse: ¿de dónde proviene la energía eléctrica que alimenta esos vehículos? Si se genera a partir del carbón o el petróleo, ¿cuál es el beneficio (ambiental) de los eléctricos. La emisión sigue siendo exactamente la misma. A eso hay que sumar la problemática de las baterías, que agotan su vida útil, la problemática ambiental, los costos”, indicó.
Rojo, en un tono más conciliador, remarcó que en el país se pueden complementar los dos modelos. “Dejar de utilizar petróleo en los autos para usarlo en generación eléctrica es, en el fondo, engañarnos respecto a los beneficios ambientales. El beneficio ambiental tiene que ser cierto, real y fundado. Por eso, el bioetanol es el principal oferente en mejora para el ambiente”, concluyó.






