Chocolate patrio en la plaza Independencia: tucumanos y turistas celebraron el 9 de Julio con sabor e identidad
Con aroma a chocolate caliente y emoción patria en el aire, cientos de vecinos y turistas se acercaron esta mañana a la plaza Independencia para celebrar un nuevo 9 de Julio. Allí, los asistentes disfrutaron del tradicional chocolate patrio acompañado por bollitos y medialunas, mientras esperaban el izamiento de la bandera y el posterior Tedeum.
El evento comenzó temprano, con el servicio del chocolate caliente -preparado solo con leche y chocolate en polvo, sin espesantes como maicena- servido en grandes ollas por personal de seguridad y voluntarios. “Yo pondría un 10. Estaba bien caliente, con lo cual tardé 10, 15 minutos en terminarlo”, comentó a LA GACETA uno de los primeros en probarlo.
Funcionarios de distintos niveles, estudiantes y vecinos se congregaron para presenciar el acto oficial. Entre ellos, una mujer de 72 años expresó su emoción: “Vengo todos los años porque vivo cerca. Me encanta esta fiesta, es hermosa. La independencia se vive una vez al año, y hay que disfrutarla”.
El sentimiento general fue el de mantener viva la tradición. “Estamos en un momento difícil, sobre todo en lo económico, pero hay que remarla”, agregó la misma vecina, quien también elogió el chocolate: “Riquísimo, solo leche y chocolate, como tiene que ser”.
Un ciclista salteño que celebró la fecha pedaleando por los alrededores de la ciudad compartió su perspectiva: “Este año decidí dedicarle el día a mi salud. Venía con una vida desordenada, y pensé: ¿por qué hago mantenimiento preventivo a los aviones y no a mi cuerpo? Celebrar la patria también es cuidarnos.” Vestido con equipo completo y espejo retrovisor en el casco, reflejó.
FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO
Bollos con o sin chicharrón
El debate gastronómico también estuvo presente: bollos con o sin chicharrón, la calidad del chocolate, y si debía o no llevar maicena. “Se armó polémica en vivo”, decían los presentes. “¿Le pusieron Nesquik? ¿Maicena? ¿Es trampa?”, bromeaban algunos otros, mientras los más puristas defendían la receta simple y tradicional.
El color, el entusiasmo y las historias personales fueron los verdaderos protagonistas. Como lo resumió una joven que acompañaba a su madre: “Dejamos de ser colonia. Para mí, eso lo dice todo: ¡Viva la patria!”







