Colapinto, de la ilusión a la frustración sin escalas

Colapinto, de la ilusión a la frustración sin escalas

Se despistó en la clasificación para el GP británico, con lo que largará último en la final; Verstappen hizo la pole.

Habían pasado un poco más de ocho minutos de tanda clasificatoria y había una ilusión en curso. Franco Colapinto estaba cerrando una segunda vuelta rápida en Silverstone y los parciales indicaban que tenía buenas chances de un registro que le permita pelear por un puesto en la Qualy 2 del GP de Inglaterra de F-1. Pero así como una ilusión es una esperanza atractiva que cualquiera espera que se cumpla, la frustración es la otra cara de la misma moneda. Echada al aire, al bonaerense otra vez le tocó masticar los efectos de esta última, debido a un fuera de pista. El domingo, en la final, ocupará el último cajón de la grilla de partida, pero no se descarta que salga desde calle de boxes, debido a los reemplazos de piezas que se deben hacer en el auto.

En pocas palabras, un despiste debido a un error que él mismo asumió cuando faltaban casi siete minutos para el final de la Q1 dejó afuera a Franco. Las imágenes que mostró la televisión no eran simpáticas, menos cuando se mostró su rostro de preocupación y al jefe de Alpine, el italiano Flavio Briatore, tomándose la cabeza ante lo sucedido.

El bonaerense perdió el control del Alpine en la última curva, después de tocar un piano. El auto se salió del asfalto, tocó la leca y terminó dando levemente con la parte trasera en las defensas. Pudo devolverlo al circuito, envuelto en arena, pero segundos más tarde, aparentemente con la dirección rota, quedó sobre la pista. Esto provocó una bandera roja. En ese momento, algunas gotas de lluvia se podían notar en ciertas zonas del trazado, aunque esto no incidía demasiado en el desarrollo de la clasificación.

Hay que ser realistas frente a un contexto como el que está enfrentando el bonaerense. Esto es, un auto indomable lo puede llevar a avanzar posiciones haciendo lo que comúnmente se llama “la heroica”, como lo puede dejar fuera de combate sin más. A la primera situación la vivió el francés Pierre Gasly, su compañero de equipo, que avanzó a la Q3 y clasificó 10° (aunque largará 9° por una sanción que recibió el británico Oliver Bearman, con Haas). En el medio, pueden aparecer todo tipo de explicaciones, razonamientos y justificaciones. Pero en el fondo, el último lugar que ocupa hoy Alpine en el campeonato brinda una respuesta contundente de lo que está pasando en la escudería francesa.

“Una pena, venía siendo un buen día. Patiné saliendo de la última curva, toqué el piano y perdí el auto de una forma bastante agresiva”. Las palabras de Franco suman sólo un capítulo más a esta aventura frustrante que es para él manejar un Alpine. Mientras está lidiando con esta realidad, no tan lejos, en el campo de batalla de las redes sociales y de los medios especializados en motores, se libra un cuerpo a cuerpo entre los rumores, las afirmaciones y el humo de las versiones, acerca de su futuro. Se dice tanto que a esta altura de la historia no se dice nada, literalmente.

Volviendo a lo sucedido en la clasificación, la pole quedó en manos del siempre combativo neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que hizo una vuelta increíble sobre el cierre de la Q3, postergando a los pilotos de McLaren, el australiano Oscar Piastri y el británico Lando Norris, que terminaron 2° y 3°, respectivamente.

La final del domingo se largará a las 11 y será a 52 vueltas al circuito de 5891 metros. Que va a ofrecer una lucha al límite por los primeros lugares no hay dudas, dado el potencial que mostraron Verstappen, los pilotos de McLaren e incluso los de Ferrari.

Allá, desde el fondo, a Colapinto le queda lo lógico: hacer todo lo posible para tratar de avanzar y, sobre todo, hallar ritmo de carrera, algo que al coche francés le está costando horrores. Otra cuestión será acertar con la estrategia de qué neumáticos calzar y cuántas paradas. 

En el deporte, como en muchos órdenes de la vida, hay que poner todo de uno mismo para pasar de la frustración a la ilusión. En eso está Franco. Y lo dijo al final de la clasificación, aun con evidente tristeza por lo que le pasó. “Nadie disfruta cuando no nos va como queremos como equipo. Pero hay que seguir trabajando entre todos e intentar mejorar un poco las cosas”. Dicen los especialistas que, para mantener actitud y energía positivas que impulsen a salir adelante, es crucial cultivar un diálogo interno positivo, practicar la gratitud, rodearse de personas optimistas y realizar actividades que gusten y hagan sentir bien. Esto, acompañado de metas claras y constancia en el esfuerzo. Y se podría agregar incluso un refrán ante su racha negativa: “no hay mal que dure 100 años”.

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