Del bife al arroz y a los fideos: así cambió la mesa por el ajuste

Del bife al arroz y a los fideos: así cambió la mesa por el ajuste

Las familias tucumanas consumen menos verduras, frutas y carnes, y ponen más harinas en sus menúes diarios. Cómo puede impactar esto en la salud. Recomendaciones de especialistas.

ARROZ. Los tucumanos dejan de lado carnes, verduras y las frutas y las reemplazan por opciones más baratas.

Lo muestran los números. Lo advierten los expertos. Se comenta en la fila del supermercado, en la carnicería del barrio y en los grupos de WhatsApp. Los alimentos siguen siendo uno de los principales motores de la inflación. Y si se mira en detalle, queda claro: los productos más nutritivos son los que más aumentaron. Nunca fue tan difícil elegir comer bien en Argentina. La crisis está empujando a las familias a cambiar sus hábitos en la mesa. Ya son pocos los que planifican sus menúes poniendo carne vacuna a diario en los platos. De hecho, el consumo de este alimento cayó a su nivel más bajo en 100 años.

¿Cómo ha cambiado la mesa de los tucumamos? La dieta del ajuste tiene mucho menos carne, menos frutas y verduras, y más harinas y guiso. La cantidad de nutrientes viene en baja y esto tiene preocupados a los especialistas. La alimentación se ha deteriorado y eso, a la larga, puede traer consecuencias en la salud, advierten.

Baja histórica

Según estadísticas del Ministerio de Agricultura y datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el promedio anual por habitante de consumo de carne vacuna está hoy en torno a los 48 kilos, muy lejos de los picos históricos que superaban los 100 kilos per cápita en décadas pasadas.

En las carnicerías advierten que muchos tucumanos están están dejando de comer carne roja y consumiendo más otras opciones: pollo principalmente y, en segundo lugar, cerdo. “Y si es carne de vaca, lo que más llevan es molida”, describe Marcelo Ramos, encargado de una carnicería céntrica.

MUY PRESENTE. La harina pasó de ser uno de los componentes básicos de la alimentación en tiempos de crisis.

“El asado ya no se come todos los fines de semana. Eventualmente, una vez al mes. El pollo lidera las ventas. Lo llevan para hacer milanesa, pastel de papas o guisos”, remarca Bernardo Cáceres, empleado de la carnicería de un supermercado en pleno centro. Su compañero, Ramón Lazarte, destacó que los clientes ya no realizan compras mensuales como antes. La gente compra para el día o, como mucho, para la semana.

Reemplazos

No reemplazaron la carne por más verduras (que también están por las nubes). Hoy los tucumanos ponen más fideos, polenta o arroz en el plato, porque es lo que rinde, especialmente si las familias son numerosas.

Con bolsillos cada vez más apretados, muchas personas dejan de lado alimentos frescos, como frutas, verduras y carnes, y priorizan harinas, enlatados o productos más económicos pero menos nutritivos, detalla Mariana Rojas, cajera del supermercado. Según describe, hoy en los carros se ve principalmente pan, fideos, arroz y galletitas.

El problema de llenar el plato como sea, apelando más que nada a las pastas y arroces, son las consecuencias nutricionales en un país donde cada vez se hace más visible el sobrepeso y la obesidad, un fenómeno transversal que afecta a toda la población. Según la última Encuesta de Nutrición y Salud (Ennys), realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, el 68% de los adultos tiene exceso de peso. En nuestra provincia, además, la mitad de los niños y adolescentes tiene sobrepeso.

Los costos que tiene para la salud la mala alimentación son altísimos: día a día aumentan las enfermedades crónicas. Según los nutricionistas, hoy es común ver casos de chicos y adolescentes con diabetes de tipo 2, que es una enfermedad más común en los adultos.

Eliana Rodríguez, licenciada en Nutrición y codirectora de la Diplomatura en Obesidad y Trastornos de la conducta alimentaria de la Unsta, sostiene que la disminución en el consumo de carnes rojas puede ser beneficioso, pero el tema es que los cortes de carne más económicos a los que la gente accede suelen tener mayor cantidad de grasa.

“Por otra parte, si las familias consumían cortes de carne más magros, disminuir el consumo puede ser perjudicial, porque obviamente la carne es una fuente de hierro de muy buena absorción”, señaló la experta. Lo que más le preocupa es la baja en la ingesta de frutas y verduras, que aportan vitaminas y minerales esenciales, y que no los consumimos en otros alimentos.

“Lo importante sería tratar de comprar las frutas y las verduras de estación que suelen ser más baratas. O recurrir a los mercados y a las ferias, donde se pueden conseguir productos más económicos”, recomendó.

Si disminuimos el consumo de carne, Rodríguez recomienda ingerir en su lugar huevos, que tienen proteínas y son más económico. En cuanto a las frutas y verduras, aconseja comer en menos cantidad y variedad, pero no dejar de consumirlas.

¿Qué pasa con el guiso?

Si hacemos guisos, la propuesta es que sean más saludables que los clásicos -aquellos que contienen fideos o arroz- son calóricos y muy llenadores, pero que tienen pocos nutrientes esenciales. La mejor opción es hacerlos con legumbres y verduras. La legumbre es algo que pocas veces se tiene en cuenta, y son una fuente nutritiva importante, recalcó la especialista.

Respecto de los lácteos, sostuvo que es muy importante que estén presentes, más que nada en las dietas de los niños, mujeres en edad fértil y en la menopausia.

“Son fuente de proteína y de calcio de muy buena absorción. Entonces, hay que tratar de buscar marcas que sean más económicas y que son de excelente calidad”, apuntó.

Por último, dijo que no está mal aumentar el consumo de pollo. Pero recomendó conocer de dónde proviene lo que compramos. Conocer, por ejemplo, si están alimentados en base a maíz,. “La carne de cerdo es más económica y más magra que la carne de vaca; así que también es aconsejable”, remarcó. La carne molida, según señaló, no es la mejor opción porque suelen ser cortes mucho más grasosos y, además, al estar molida suele contaminarse mucho más rápido por lo que debemos tener más cuidado.

Francisco D’Onofrio, médico especialista en nutrición y miembro titular de la Sociedad Argentina de Nutrición, no se mostró afligido por la baja en el consumo de carnes. Según sostuvo, la alimentación flexitariana (alguien que sigue principalmente una dieta vegetariana, pero que ocasionalmente incluye carne o pescado) es muy beneficiosa, ya que el exceso en el consumo de carnes rojas y sus derivados están relacionados con el aumento de colesterol malo y de grasas saturadas, además de otras enfermedades, desde hipertensión hasta patologías del aparato digestivo, precisó.

Lo que sí es preocupante, según dijo, es que el consumo de frutas y verduras es muy bajo: la mayoría de los argentinos no ingiere la cantidad diaria recomendada de frutas y verduras, que es de al menos 400 gramos.

El plato ideal: recomendaciones para comer saludable

La nutricionista Eliana Rodríguez destacó la importancia de planificar los menúes. Una buena guía es esta: un plato saludable tiene la mitad de verduras, algo de proteínas (pescado, pollo o huevo, por ejemplo), arroz, fideos o papas, cereales y aceite, que puede ser de oliva o de girasol o maíz. De postre,a la primera opción debe ser la fruta, remarca el doctor Francisco D’Onofrio. “Las recomendaciones de los organismos de salud a nivel mundial indican la necesidad de consumir más frutas y verduras, cereales integrales, frutos secos y pescado y, en simultáneo, disminuir el consumo de carnes rojas”, resaltó el especialista.

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