¿Has notado pequeños puntos rojos en tu piel que parecen lunares pero no lo son? Se trata de una consulta cada vez más común en las consultas dermatológicas. Estos "lunares rojos", técnicamente conocidos como angiomas rubí o puntos rubí, son pequeñas dilataciones capilares que, si bien suelen ser inofensivas, generan dudas.
Aquí te explicamos qué son exactamente, por qué aparecen y cuándo es momento de consultar a un especialista. La aparición de estos puntos rubí está directamente relacionada con el envejecimiento de la piel y la herencia genética; de hecho, no se puede hacer nada para prevenirlos. La sobreexposición solar o la exposición al sol sin utilizar fotoprotección también pueden suponer un factor de riesgo, ya que el sol es, tras el paso del tiempo, el principal causante del envejecimiento cutáneo.
A partir de qué edad pueden aparecer y en qué zonas
Al estar relacionados con el envejecimiento de la piel, los puntos rubí suelen empezar a aparecer a partir de los 40 años. No obstante, hay personas con un alto componente hereditario en las que pueden salir antes, entre los 20 y los 30 años, para ir apareciendo cada vez más con el paso del tiempo.
Los puntos rojos principalmente aparecen en la zona del tronco y en las extremidades superiores, aunque pueden surgir en cualquier parte del cuerpo. También pueden desarrollarse en la cara, siendo estos los que suponen el mayor problema estético para los pacientes.
¿Hay que vigilarlos?
“Aunque son lesiones benignas, siempre es recomendable que sean revisados por un dermatólogo. Y en especial si notamos que pican, sangran o crecen mucho, para detectar y descartar cualquier signo de malignidad. Pero, en principio, solo implican un problema estético”, destaca D’Alessandro.
¿Se pueden eliminar?
La dermatóloga explica que los puntos rubí se pueden eliminar, además, con la garantía de que los que se quitan no vuelven a aparecer. “El mejor tratamiento para eliminarlos son los láseres vasculares, como el PDL o el KTP, que permiten quitar muchos en una misma sesión, garantizando que no quedan marcas ni cicatrices asociadas al tratamiento. Además, el paciente puede incorporarse a su rutina el mismo día en que se realiza la terapia”.