
La cera en los oídos puede ser una herramienta para detectar el Parkison.

El Parkinson es una enfermedad que puede afectar gravemente a la vida de una persona, sus habilidades motrices, relaciones con sus pares e incluso su capacidad económica. El diagnóstico temprano se vuelve clave para un tratamiento más eficaz, aunque los síntomas no siempre son claros. Sin embargo, un nuevo estudio encontró una nueva forma de detección y esa está en la cera de los oídos.
Una reciente investigación publicada en Analytical Chemistry dio cuenta de una relación insospechada: el cerumen de nuestro cuerpo podría ser una herramienta eficaz para detectar la enfermedad de Parkinson. De esta sustancia puede extraerse el sebo, un componente fundamental de este diagnóstico.
La relación entre la cera y la enfermedad de Parkinson
De acuerdo con lo explicado en el artículo del medio Newsweek, los cambios en el sebo se vincularon previamente con el trastorno neurodegenerativo. Se advirtió que, quienes padecen esta afección, tenían un sebo que emitía un olor característico. Además, los compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por el sebo se ven afectados por procesos involucrados en la progresión del Parkinson, incluida la neurodegeneración, el estrés oxidativo y la inflamación sistémica.
Sin embargo, el obstáculo para utilizar esta información ha sido que los factores ambientales como la contaminación del aire y la humedad también pueden afectar la composición del sebo, lo que significa que tomar muestras de la piel puede no proporcionar información confiable.
Pero esta nueva investigación encontró que el compuesto más idóneo se encuentra en la cera del oído. Este se puede tomar fácilmente y es una muestra que está protegida de las alteraciones ambientales.
Resultados del estudio
En su estudio, los investigadores Hao Dong, Danhua Zhu y sus colegas, recolectaron muestras de cerumen de 209 personas (108 de las cuales habían recibido un diagnóstico de Parkinson) y analizaron su composición mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas.
Se encontró que cuatro de los COV detectados en la cera del oído de personas con enfermedad de Parkinson eran significativamente diferentes de los COV en sujetos sanos. (En concreto, se concluyó que el etilbenceno, el 4-etiltolueno, el pentanal y el 2-pentadecil-1,3-dioxolano son biomarcadores potenciales de la enfermedad de Parkinson).
Una nueva señal de detección
A continuación, el equipo entrenó un sistema olfativo de inteligencia artificial para analizar datos de COV. Este sistema logró categorizar muestras de cerumen con una precisión del 94 %, lo que, según los investigadores, podría dar lugar a una herramienta de detección de primera línea para el párkinson de inicio temprano .
Dong afirmó: "Este método es un experimento a pequeña escala, realizado en un solo centro en China. El siguiente paso es realizar más investigaciones en diferentes etapas de la enfermedad, en múltiples centros de investigación y entre diversos grupos étnicos, para determinar si este método tiene mayor valor práctico".
Los costos físicos y económicos del Parkinson
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que comprende síntomas como temblores, movimientos lentos, rigidez y alteración del equilibrio. Dada la naturaleza progresiva del Parkinson, estas alteraciones afectan de forma gradual y cada vez mayor la capacidad de una persona para caminar, hablar y tragar.








