La película infantil de Disney llamada Frozen salió en 2014 en Argentina y fue un éxito desde entonces. Miles de niños y adultos quedaron fascinados con la atrapante historia y el pueblo donde transcurre. Los creadores de la película confesaron que está inspirada en un lugar existente, y desde entonces ese lugar se convirtió en un hit para turistas, y eso fue un problema para los lugareños.
La fiebre por esta ciudad austriaca cansó rápidamente a sus menos de 800 habitantes. El número de turistas por año documentado en 2023 fue de un millón. Sin embargo, los paisajes del lugar no dejan de parecer un sueño lleno de montañas y nieve.
Este lugar es conocido por sus montañas con nieve en la cima, una arquitectura específica típica de allí, y lagos con agua cristalina que reflejan el cielo. Está protegido por la UNESCO y recibe más de 10.000 turistas por día.
El pueblo que inspiro Frozen y su inesperada fama
Hallstatt es un pequeño pueblo austríaco rodeado de montañas y un lago que lo convierten en un lugar de postal. A partir del estreno de una famosa película en 2013, su popularidad creció de forma descontrolada, atrayendo a miles de turistas al día. Lo que antes era un destino tranquilo pasó a recibir más de 10.000 visitantes diarios, transformando por completo la vida de sus habitantes.
El punto más visitado del pueblo es un mirador que ofrece una vista panorámica del lago y las montañas, ideal para los turistas que buscan la foto perfecta. Las multitudes comenzaron a generar problemas para la comunidad local, como aglomeraciones constantes y la alteración del ritmo cotidiano. Incluso se vieron afectados espacios sagrados, como las iglesias, que tuvieron que ser protegidas con guardias en 2017 para mantener la calma durante los servicios religiosos.
Muchos de los visitantes provienen de China, donde en 2011 se construyó una réplica exacta del pueblo en la provincia de Guangdong. Aun así, miles de turistas quieren conocer el original, lo que ha mantenido la presión sobre Hallstatt. Ante esta situación, la junta de turismo busca hoy promover una experiencia más cultural y auténtica, alejada del turismo masivo.
Después de la fama el pueblo tomó una medida drástica
Frente al desborde turístico, las autoridades de Hallstatt tomaron una decisión inusual: instalar un muro de madera para bloquear la vista del punto más fotografiado del pueblo. La idea era desalentar las selfies y reducir la afluencia en ese sitio tan concurrido. Sin embargo, el resultado fue el opuesto: el muro atrajo aún más atención y generó conversación en todo el mundo.
Esta medida formó parte de un paquete más amplio para repensar el turismo local y apostar por un modelo más sostenible. El objetivo ahora es atraer visitantes interesados en el patrimonio y la cultura de Hallstatt, y no en una simple foto para redes sociales.








