Las mandarinas, junto a otros cítricos como las clementinas, se destacan por ser fáciles de pelar, dulces y muy nutritivas. Su popularidad crece especialmente durante los meses más fríos, gracias a su aporte vitamínico y su sabor refrescante.
Beneficios nutricionales destacados
Rica en vitamina C
Una mandarina de tamaño medio proporciona entre el 26 % y el 50 % de la dosis diaria recomendada de vitamina C, fortaleciendo el sistema inmunológico y ayudando a combatir resfríos.
Poder antioxidante y antiinflamatorio
Contiene flavonoides y carotenoides (como la beta‑criptoxantina), que ayudan a neutralizar radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas .
Fuente de fibra digestiva
Aporta unos 2 g de fibra por unidad, lo que ayuda a una buena digestión, regula el tránsito intestinal y reduce el colesterol LDL .
Minerales esenciales, como el potasio
Con entre 150 y 210 mg de potasio por 100 g, contribuye a mantener la presión arterial y la función muscular.
Bajas calorías e hidratación natural
Cada fruta aporta unas 45 kcal y está compuesta por más del 80 % de agua, lo que la convierte en una opción ligera e hidratante .
Beneficios para la salud cardiovascular y renal
Mejor regulación del colesterol y la presión arterial
La combinación de fibra, potasio y antioxidantes como la hesperidina ayuda a reducir el colesterol LDL y favorece la salud cardiovascular.
Posible protección frente a cálculos renales
Dietas ricas en cítricos aumentan el citrato urinario, ayudando a prevenir ciertos tipos de piedras en los riñones .
Contraindicaciones y precauciones
En general, las mandarinas se toleran bien, aunque un consumo excesivo puede provocar:
Molestias digestivas leves en personas sensibles por su fibra y acidez.
Azúcares naturales: quienes controlan su nivel de glucosa o siguen dietas muy bajas en azúcar deben moderar su consumo .