18 Junio 2025 Seguir en 
La experiencia del sueño es extraña, las posibilidades de la mente son infinitas, sin embargo hay contextos que suelen repetirse. Muchas personas sueñas con que no se pueden mover, pero pueden ser diferentes las circunstancias del sueño.
La sensación de inmovilidad puede percibirse de manera traumática para algunas personas, ya que genera angustia, miedo y sensación de vulnerabilidad. La psicología hace su aporte científico para comprender por qué las personas sueñan con esto y que significa.
Qué significa soñar con que no podés moverte
Según un artículo de Psicología y Mente y el consenso de diversos expertos, los sueños en los que no se puede mover el cuerpo suelen reflejar conflictos internos que no se procesan en la vigilia. Esta imagen onírica puede representar una sensación de estancamiento emocional o mental en la vida cotidiana. También podría simbolizar la dificultad para tomar una decisión importante o la presión externa que lleva a sentirse atrapado.
En términos generales, estos sueños revelan una lucha interna entre el deseo de actuar y el temor a las consecuencias. El cuerpo quiere moverse, pero algo lo impide, como una representación simbólica de frustración, ansiedad e impotencia. Asimismo, algunos especialistas asocian este tipo de sueños con baja autoestima, miedo a equivocarse o a decir algo perjudicial, interpretando la parálisis como un mecanismo inconsciente de defensa.
Soñar con no moverse y las similitudes a la parálisis del sueño
Soñar con no poder moverse puede ser angustiante, pero hay algo aún más perturbador: experimentar realmente esa inmovilidad. Este fenómeno se conoce como parálisis del sueño, una condición neurológica y fisiológica que va más allá del simple acto de soñar.
Durante la parálisis del sueño, la persona despierta parcialmente en plena fase REM, cuando el cuerpo está naturalmente inmovilizado. En ese momento, el cerebro está consciente, pero los músculos no responden, lo que genera una desconexión temporal entre mente y cuerpo.
Esta experiencia puede resultar aterradora, especialmente cuando se acompaña de alucinaciones visuales o auditivas. Aunque suele estar asociada con estrés, falta de descanso o trastornos del sueño, es distinta de soñar con estar inmóvil, ya que en este último caso no hay pérdida real de control físico.
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