POR EL CENTRO. Indumentaria fue el rubro más elegido por los clientes. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
El Día del Padre es una fecha clave para el comercio. En un momento en el que el consumo no repunta, el sector público provincial apostó a anticipar el pago del medio aguinaldo, con el fin de que apuntalen las ventas, lo que redunda en un incremento en la recaudación de impuestos. El Poder Ejecutivo desembolsó entre el miércoles y el jueves pasado unos $ 90.000 millones para atender la primera cuota del Sueldo Anual Complementario. Sin embargo, el empleado estatal destinó gran parte de esa remuneración extra a achicar deuda. Más precisamente, a abonar saldos de la tarjeta de crédito, con la que, en definitiva, financió el regalo para papá y, además, atenderá otros gastos hasta fin de mes. En eso coincidieron funcionarios, banqueros y comerciantes ante la consulta de LA GACETA.
La Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) ha difundido que las ventas bajaron un 1,7% en todo el país durante el Día del Padre respecto de la temporada pasada. El secretario general de la Federación Económica de Tucumán (FET) y dirigente de CAME, Gregorio Werchow, agregó que lo más preocupante es que es el tercer año consecutivo de caída de las operaciones. Pero, además, el promedio de ticket proyectado cayó de los $ 70.000 por regalo hasta los $ 41.000 promedio. “Esto daña la rentabilidad del negocio, aún cuando muchos apostaron a las promociones. No ha dinero en la calle y eso se nota”, acotó. Werchow expresó que, en el caso de los estatales, la gran mayoría apostó a abonar saldos y cubrir otras deudas para liberar margen y acceder a compras financiadas. “Pero no es sólo para regalos; también para comprar alimentos para lo que resta del mes”, puntualizó.
Gabriela Coronel, de la Cámara de Comercios de San Miguel de Tucumán, reveló un sondeo efectuado entre sus pares. ¿La conclusión? El 80% de los comerciantes encuestados indicaron que los clientes utilizaron la tarjeta de crédito como principal medio de pago y aprovecharon los programas de cuotas vigentes.
Asimismo, el 40% de los comerciantes manifestó que las ventas de este año aumentaron respecto de las de 2024; otro 40% respondió que disminuyeron y el 20% opinó que se mantuvieron.
Según Coronel, los comerciantes desarrollaron diversas estrategias para esta fecha. El 40% usó una combinación de descuentos, promociones, publicaciones en redes sociales y horario Extendido/Corrido; El 20% utilizó Descuentos y Promociones.
En la Argentina, el consumo atraviesa un fenómeno de dos velocidades que refleja un panorama desigual en diferentes sectores de la economía. Por un lado, se observa un repunte en las ventas de automóviles, electrodomésticos y una revitalización del turismo. Por otro lado, el consumo masivo sigue mostrando signos de estancamiento, destacando un contraste evidente entre los bienes durables y las compras cotidianas, plantea el economista Eduardo Robinson.
Financiamiento
La recuperación en sectores como el automotriz y los electrodomésticos ha sido impulsada en gran medida por los esquemas de financiamiento a mediano plazo, que incluyen opciones de pago en 12 y 18 cuotas. “Estas herramientas permiten que más personas accedan a bienes de mayor valor, suavizando el impacto inmediato sobre los ingresos del hogar. Asimismo, el turismo ha mostrado signos de reactivación, con un aumento en las reservas tanto a nivel nacional como internacional, lo que sugiere una mayor disposición a gastar en experiencias”, detalla.
Sin embargo, esta tendencia de recuperación no es del todo positiva, ya que los niveles de endeudamiento de las familias han crecido significativamente. Las tasas de interés para estos préstamos, aunque no excesivamente altas, tampoco son bajas, lo que puede generar presiones a largo plazo sobre quienes optan por financiar sus compras en cuotas, advierte Robinson. Por otro lado, el consumo masivo, que incluye productos esenciales como alimentos, bebidas y artículos de limpieza, no ha mostrado un crecimiento sostenido. Si bien la inflación ha comenzado un recorrido descendente, esta caída aún no se traduce en una recuperación significativa del poder adquisitivo de las personas. Los salarios siguen rezagados en relación con el aumento acumulado de los precios, lo que limita la capacidad de gasto en bienes esenciales.
El crecimiento del endeudamiento plantea un desafío significativo. Las familias que optan por financiar bienes durables enfrentan una carga financiera adicional que les reduce el margen de maniobra para otros gastos. Esto, a su vez, podría estar contribuyendo al estancamiento del consumo masivo. En este contexto de altos niveles de endeudamiento, muchas personas y familias enfrentan delicados equilibrios financieros debido al uso intensivo de dos o tres tarjetas de crédito, señala Robinson. “Estas herramientas, aunque útiles, generan una presión constante sobre los ingresos mensuales, obligando a priorizar pagos y limitar gastos adicionales”, explica.
La llegada del medio aguinaldo, para quienes tienen la fortuna de percibirlo, se convierte en una oportunidad para alivianar dichas cargas. Gran parte de estos ingresos extraordinarios suele destinarse a saldar deudas acumuladas y poner al día las tarjetas, lo que refleja la tensión entre el deseo de consumir y la necesidad de estabilizar las finanzas personales.
¿En qué se endeuda?: la economía familiar
De acuerdo con un estudio del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), el 91% de los hogares argentinos tiene algún tipo de deuda. La mayor parte de esta deuda se concentra en los gastos con tarjeta de crédito (30,5%), seguida por servicios privados (10,5%), instituciones bancarias (7,2%) y financieras o prestamistas (2,1%). El endeudamiento no se limita al circuito formal; un 8,8% de los consultados debe “fiado” en comercios, y un 8,4% a familiares o amigos, indica el relevamiento de mayo.
Nuevos hábitos: una conducta de crisis
La alta inflación de los últimos años ha erosionado el poder adquisitivo, obligando a muchas familias a priorizar sus compras y buscar alternativas más económicas. “Esto ha generado un cambio en los hábitos de consumo, con un aumento en la preferencia por marcas propias y promociones, mientras que las marcas premium han perdido terreno”, indica a LA GACETA el economista Eduardo Robinson respecto de la conducta de consumo de los argentinos en tiempos de crisis.









