FUEGOS ARTIFICIALES. Según el sitio “Político”, había una posibilidad de que los ex aliados pudieran “hacer las paces”, pero Trump lo desestimó.
WASHINGTON, Estados Unidos.- La espectacular pelea entre Elon Musk y Donald Trump hará seguramente correr ríos de tinta, con probables consecuencias para las carreras, fortunas y legados del hombre más rico del mundo y el más poderoso, que sellaron una alianza a golpe de talonario de cheques.
Los asesores de ambos líderes se esfuerzan por intentar contener la onda expansiva de un folletín que está en boca de todos y preocupa a muchos por sus posibles repercusiones.
“Nunca he visto a dos personas tan importantes enfrentarse de forma tan desagradable en todo el tiempo que llevo en el negocio. No puede ser bueno para ninguna de las partes”, declaró a la agencia AFP Chaim Siegel, analista de la empresa de servicios financieros Elazar Advisors.
“Preparen el pochoclo”, anticipa el analista, dando por seguro que habrá una segunda parte.
A los aliados de Trump les preocupa que la sonada ruptura afecte a su legado, las perspectivas electorales de los republicanos y los lazos entre el gobierno y Silicon Valley.
Musk encara graves consecuencias para sus finanzas después de que Trump amenazara con eliminar las subvenciones y contratos federales del magnate tecnológico, lo que pondría en peligro el modelo de negocio de Tesla y unos 22.000 millones de dólares de ingresos públicos de SpaceX, dos de sus empresas.
Todo esto por su desacuerdo sobre el proyecto de ley presupuestaria de Trump, criticado por Musk, convencido de que disparará el déficit de Estados Unidos.
Cheques y modelos
El enfado es tal que Musk pidió la destitución de Trump y dijo que el republicano está vinculado al financiero Jeffrey Epstein, quien se suicidó tras ser acusado de delitos sexuales.
La bronca ha sacudido la frágil coalición entre los populistas del movimiento de Trump “Haz que Estados Unidos vuelve a ser grande otra vez”, más conocido por las siglas en inglés MAGA, y los líderes tecnológicos afines a Musk, cuyos podcasts y efectivo contribuyeron a la victoria electoral del republicano.
Figuras influyentes de los conservadores pidieron que se investigue el estatus migratorio del sudafricano Musk y su presunto consumo de drogas.
En el Congreso, los republicanos piden una tregua en la disputa. A los congresistas conservadores les preocupa que el hombre más rico del mundo use su billetera para vengarse en las elecciones de medio término de 2026.
Musk aportó casi 300 millones de dólares a la campaña electoral de Trump y como recompensa logró ser el rostro visible de la comisión de eficiencia gubernamental, encargada de recortar el gasto federal.
“Sin mí, Trump habría perdido las elecciones”, publicó Musk en su plataforma social X.
Como presidente de Estados Unidos, Trump es posiblemente la persona más poderosa del mundo. Pero el megáfono de Musk -la red social X- es mucho más grande que la plataforma Truth Social de Trump y llega a millones de personas.
Además, sus casi 100 contratos con 17 agencias gubernamentales le dan un enorme poder, incluso sobre el programa espacial estadounidense. Unos contratos sobre los que Trump tiene la última palabra.
Es posible que el presidente de 78 años afronte el riesgo de que Musk presione al Congreso para voltear sus planes presupuestarios. Los republicanos coinciden con Musk en la necesidad de recortar el gasto y le están agradecidos por el dinero de la campaña. Pero a la hora de elegir bando, la mayoría se decanta por Trump, conocido por humillar a los que se resisten a someterse.
“Cada tuit que sale, la gente está más de acuerdo con el presidente Trump”, declaró el congresista Kevin Hern. Musk respondió con una reflexión: “a Trump le quedan 3,5 años como presidente” pero “yo estaré por aquí más de 40 años”.










