DIRECTORES. May el-Toukhy, Isabella Eklöf, Milad Alami y Annika Berg.
Hace 30 años se fundó, vivió pocos años y ahora se anunció la resucitación. Fue en Cannes esta semana, cuando un grupo de directores daneses reivindicó al movimiento Dogma 95, creado por Lars von Trier y Thomas Vinterberg, (luego se agregaron Søren Kragh-Jacobsen y Kristian Levring, entre otros).
Von Trier y Vinterberg anunciaron su manifiesto y el voto de castidad en marzo de 1995, pero las películas más representativas se estrenaron en 1998, como “Los Idiotas” y “La celebración”. En 1999 llegará “Mifune” de Søren Kragh-Jacobsen. Las tres realizaciones tuvieron gran éxito y reconocimiento en Cannes, pero también en el festival de Berlín.
Como toda vanguardia que se precie de tal el movimiento tuvo su manifiesto y “voto de castidad” (un conjunto de reglas que había que respetar), en los que planteaban que los rodajes tenían que llevarse en lugares naturales y con la cámara en mano, que no debía crearse un set y que el formato de la película debía ser de 35 mm. Unas 212 películas danesas e internacionales han recibido la certificación Dogma desde el lanzamiento de su manifiesto en París en marzo de 1995.
Se puede observar que se trató de un movimiento radicalizado que pretendía despojar al cine de los efectos técnicos de los que se estaba volviendo dependiente; se oponían a los universos prefabricados y a la artificialidad de la ficción; fue la última revuelta en el cine del siglo XX, luego de toda la movilización de los 60 con la Nouvelle Vague en Francia, la Nueva Ola Checoslovaca, el Cinema Novo en Brasil o en Estados Unidos el llamado New American Cinema.
Dogma 25, anunciado en el Festival de Cannes, fue fundado por May el-Toukhy, Milad Alami, Annika Berg, Isabella Eklöf y Jesper Just, como una respuesta desafiante a los tiempos actuales, reafirmando su compromiso con la libertad artística. “En un mundo donde los filmes formulados por algoritmos y la expresión visual artificial ganan terreno, nuestra misión es defender la huella humana, imperfecta y singular” indican en una declaración.
En el decálogo de dogmas se puede leer que el guión debe ser original y escrito a mano por el director; que al menos la mitad del filme debe estar libre de diálogos; el uso de internet está prohibido durante el proceso creativo.
Luego se indica que solo se aceptará financiación sin condiciones que afecten el contenido; no habrá más de 10 personas detrás de cámara y debe rodarse donde ocurre la narrativa. No se permitirá el maquillaje o manipulación corporal, salvo que lo exija la narrativa. La película debe realizarse en menos de un año, y exhorta “Haz la película como si fuera la última”.
Los cineastas denuncian un panorama dominado por producciones infladas, procesos apresurados y efectos tecnológicos vacíos, que paradójicamente ofrecen menos valor artístico.
Tal vez, el mayor reto de todos es que las películas de Dogma 25 deben realizarse en un máximo de un año, y el uso de internet está prohibido en todos los procesos creativos.
En el lanzamiento en Cannes, Just aclaró que esta norma implicaba que solo se permitiría el uso del correo electrónico con fines administrativos durante el año de rodaje. “Nos hemos vuelto tan dependientes de internet que uno piensa: ‘¡Vaya! Toda mi inspiración la encuentro en internet’”, dijo Berg. “La clave es liberarnos de él, porque somos muy vulnerables cuando estamos constantemente atados a grandes empresas que pueden atacarnos con algoritmos”, agregó.
Thomas Vinterberg y Lars von Trier han respaldado el nuevo movimiento: “En el ’95 hicimos cine con la certeza de la paz. En el ’25 nacen nuevos dogmas en un mundo de guerra e incertidumbre. Les deseamos lo mejor en su marcha por reconquistar el cine danés”.
El cierre del festival: las 22 películas participantes
Un total de 22 películas concursaron en el 78º Festival de Cannes que se cierra hoy. Este es el listado:
“Sound of falling”, de la alemana Mascha Schilinski; - “Two prosecutors”, del ucraniano Sergei Loznitsa; “Dossier 137”, del francés Dominik Moll; “Sirat”, del español Oliver Laxe; “La petite dernière”, de la francesa Hafsia Herzi; “Eddington”, del estadounidense Ari Aster; “Renoir”, de la japonesa Chie Hayakawa; “Nouvelle Vague”, del estadounidense Richard Linklater; “Die, My Love” de la británica Lynne Ramsay; “El agente secreto”, del brasileño Kleber Mendonça Filho; “La trama fenicia”, del estadounidense Wes Anderson; “La trama fenicia”, del estadounidense Wes Anderson; “Les Aigles de la République”, del egipcio Tarik Saleh; “Alpha”, de la francesa Julia Ducournau; “Un simple accidente”, del iraní Jafar Panahi; “Fuori”, del italiano Mario Martone; “Romería”, de la española Carla Simón; “The History of Sound”, del sudafricano Oliver Hermanus; “Sentimental Value”, del noruego Joachim Trier; “Woman and Child” del iraní Saeed Roustaee; “Resurrection” del chino Bi Gan; “Jeunes mères”, de Jean-Pierre y Luc Dardenne y “The Mastermind”, de la estadounidense Kelly Reichardt.









