Pocos rituales son tan argentinos como el mate. Más allá de su carga cultural y simbólica, la infusión se ganó un lugar también por sus propiedades antioxidantes y su aporte de energía natural. Sin embargo, muchos de estos beneficios pueden verse disminuidos por un error cotidiano que se repite en innumerables hogares.
Aunque la mayoría supone que el problema está en calentar el agua de más, la realidad es que el inconveniente va por otro lado. Es un descuido habitual, que afecta tanto a quienes toman mate desde siempre como a quienes recién se inician. Y lo peor: puede echar a perder buena parte de las cualidades positivas de la yerba. ¿De qué se trata?
No es hervir el agua: el error más común que arruina los beneficios del mate
Si bien es habitual equivocarse al calentar demasiado el agua, un error aún más perjudicial es abusar del azúcar. Al ser un carbohidrato simple, su consumo elevado incrementa los niveles de glucosa en sangre y puede disminuir el efecto antioxidante de la yerba mate, uno de sus principales atributos.
El consumo de azúcar, además, está vinculado a diversas afecciones de salud, lo que podría volver al mate una bebida menos saludable. Por eso, si se prefiere tomarlo dulce, se recomienda considerar alternativas como la stevia o los edulcorantes, aunque estos también pueden tener efectos adversos si se usan con frecuencia.
Consejos para aprovechar los beneficios del mate
Para aprovechar al máximo los beneficios del mate, lo ideal es tomarlo amargo, ya que así se evitan los efectos negativos del exceso de azúcar. También es importante elegir una yerba de buena calidad, sin agregados artificiales, y no reutilizarla durante muchas horas, ya que con el tiempo pierde sus propiedades y puede fermentar.
Además, conviene controlar la temperatura del agua —entre 70° y 80° — para no quemar la yerba y preservar sus compuestos antioxidantes.
Por último, una vez que ya se tomó el mate, hay que limpiar bien el porongo y la bombilla para evitar la acumulación de bacterias y conservar el sabor. Después de cada uso, enjuagar con agua caliente y dejar secar al aire libre, es clave, ya que también prolonga la vida útil de los utensilios.